El orégano no solo sirve para dar sazón a la pizza, sopa de queso, entre otras comidas. Esta planta, perteneciente a la familia Lamiaceae (Labiatae), tiene propiedades curativas que la volvieron un alimento y adorno preciado en el Mediterráneo. Su nombre significa "alegría de la montaña" y era utilizada como símbolo de prosperidad en la cultura romana.

Sus principios activos como el Carvacrol le permiten actuar como un antibacterial, a través de su aceite. Según un estudio publicado por el doctor Juan Ignacio Güenechea, sus propiedades son tan intensas que puede incluso aniquilar al Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina y a otros antibióticos.

Bueno para la digestión

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Su aceite también se destaca por tener monoterpenoides y monoterpenos que combaten virus contagiados por medio de los alimentos. Por eso es un aliado para aliviar malestares causados por gases.

Mata bacterias y hongos

Otra propiedad atribuida al aceite de orégano, por la Universidad de Tokio, es la cura del pie de atleta. Gracias a su poder antiséptico se recomienda lavar los pies con tres gotas de la esencia para eliminar el olor.

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En una investigación realizada por la Universidad Federal de Santa María en Brasil se halló que el aceite de orégano fue capaz de eliminar el hongo Candida Glabata resistente al tratamiento con fluconazol y causante de enfermedades vaginales.

Antidepresivo y Antiinflamatorio

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Además se le atribuye el aumento de dopamina y serotonina en el cerebro, neurotransmisores responsables del ánimo positivo en el cuerpo humano. Científicos de la Universidad de Bonn (Alemania), y la ETH de Zurich (Suiza), encontraron en el orégano el ingrediente conocido como beta-cariofilina (E-BCP), que puede ser útil contra trastornos como la osteoporosis y la arteriosclerosis. (I)