Aunque consiguió un acuerdo para reestructurar su deuda con acreedores externos y salir del temido "default", Argentina sigue en problemas.

Hace un par de semanas el gobierno de Alberto Fernández aumentó las restricciones para el acceso a dólares en medio de una profunda crisis económica que tiene al país hundido en una recesión desde 2018.

Con un histórico problema de inflación, que en los últimos dos años rondó el 50% -y en este momento gira en torno al 40% interanual- los argentinos ven con preocupación cómo su salario en pesos pierde valor cada mes.

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De hecho, 15 de las últimas 16 recesiones económicas desde finales de la Segunda Guerra Mundial surgieron porque "el país se quedó sin dólares", según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

A la escasez de la moneda estadounidense y una extensa cuarentena impuesta por la pandemia de covid-19, se han sumado en los últimos días otros obstáculos para la recuperación económica, como la caída de los bonos en dólares recientemente reestructurados.

La inflación en Argentina bordea el 40% y los dólares son cada vez más escasos.

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En medio de las turbulencias, Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, e investigador del centro de estudios CATO Institute en Washington, D.C., insiste en que la solución es dolarizar la economía.

Una idea que genera profundas divisiones y que sus detractores consideran completamente fuera de la discusión actual.

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En conversación con BBC Mundo Hanke -quien asesoró a Ecuador en su dolarización- dice que "hay que matar el peso. El peso es un veneno, un cáncer".

La entrevista fue editada por razones de claridad y concisión.

El debate sobre una eventual dolarización en Argentina lleva décadas. Usted ha escrito recientemente que llegó la hora de abandonar el peso. Si en todos estos años la idea nunca ha ganado tracción política, ¿por qué cree usted que ahora sí es el momento de hacerlo?

Ahora es el momento. Y lo mismo planteé en 1999 cuando elaboré un informe que establecía los detalles de cómo se podía llevar a cabo la dolarización.

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Ese informe se lo pidió el expresidente Carlos Menem, ¿no?

Sí. La idea de dolarizar ha estado dando vueltas desde hace muchos años. Es que el peso es el talón de Aquiles de todos los problemas en Argentina y lo ha sido por más de un siglo.

El expresidente Carlos Menem tuvo el plan de dolarizar la economía argentina, pero no lo consiguió.

Cada 10 o 12 años Argentina enfrenta una crisis del peso, la economía colapsa, todos pierden sus ahorros. Respondiendo a tu pregunta sobre si ahora es un buen momento para dolarizar, la respuesta es sí. Es un buen momento hoy y fue un buen momento en 1999 y fue un buen momento en 1995.

Pero si no funcionó ni el 95, ni el 99, ni en ninguna otra crisis, ¿por qué ahora sí podría funcionar?

Porque la gente en Argentina está harta del peso. Ellos quieren deshacerse de esa moneda. Argentina debería abandonar el patético peso y ponerlo en un museo.

Esto pasa cada vez que hay problemas y aparecen nubes de tormenta. En el mercado negro el peso está a más de 80 por dólar.

Hanke advierte que si no se levantan las cuarentenas, Estados Unidos puede terminar como en la época de la Gran Recesión.

La inflación va a empeorar, el peso perderá su valor y todos seguirán tratando de conseguir dólares. El problema es que el gobierno está tratando de detenerlos. En las últimas semanas ha creado más regulaciones para dificultar el acceso de los argentinos a los dólares.

Si el dólar sube, quien quiera que sea el político que lidere una campaña por la dolarización se transformaría en un héroe nacional.

Sin embargo, no están dadas las condiciones políticas para que ocurra algo de esa naturaleza...

La gente está a favor del cambio. La clase media y las personas de bajos ingresos son los que más pierden al tener un peso tan patético. Los ricos tienen su dinero en Uruguay, Miami o Nueva York. Son los trabajadores los más afectados.

Hoy es el momento de dolarizar porque la idea está ganando terreno.

Pero no dentro del gobierno de Alberto Fernández…

Nunca sabes dónde empiezan las cosas. Es como el fuego. Primero comienza un fuego pequeño que crece y se convierte en un gran fuego. Si el gobierno quiere oponerse a la idea, se volverá muy impopular.

El gobierno de Alberto Fernández intenta recuperar la confianza de los inversores en medio de una recesión que comenzó en 2018.

La gente quiere deshacerse de los pesos y los que pueden se van a vivir a Uruguay. La gente está comprando hasta bitcoins. Si yo fuera un médico, le diría al paciente que su problema son los pesos.

Hay otras alternativas para enfrentar la crisis económica que no pasan necesariamente por dolarizar la economía...

Hay que matar el peso. El peso es un veneno, un cáncer. Argentina podría ser el mejor país de Latinoamérica si se deshiciera de él.

Pero si Argentina dolarizara perdería todo tipo de flexibilidad, se quedaría sin municiones para estabilizar la situación monetaria…

Ese es el problema, precisamente: porque tienen flexibilidad. La oferta de dinero está creciendo a una tasa superior al 50% anual. Tienen flexibilidad y hacen las cosas mal.

Hay que ponerles una camisa de fuerza monetaria. Y la manera de hacerlo es dolarizar. Así el Banco Central no puede darle crédito a las autoridades fiscales.

Si le pusieran una camisa de fuerza monetaria al país dolarizando la economía, eso no resuelve el tema del déficit fiscal, no resuelve el tema de la deuda…

Es que también hay que ponerles una camisa de fuerza a las autoridades fiscales.

¿Cómo?

Eso se hace cambiando la Constitución. Si se quiere imponer cualquier nuevo impuesto, tendrían que hacerlo con una mayoría de 66% de los votos en el Parlamento.

La segunda regla fiscal debería ser que si hay cualquier aumento del déficit fiscal, también debería ser aprobado por una mayoría de 66%.

Eso sería una camisa de fuerza con candados por todas partes...

Tiene que ser así. Si evitas el alza de impuestos y el aumento del déficit fiscal, el gasto del gobierno estará bajo control.

Aunque medidas de austeridad como esas suelen generar gigantescos costos sociales. ¿Por qué no miramos qué ha pasado con la dolarización en otros países. Hace 20 años Ecuador y El Salvador dolarizaron sus economías...

Yo hice la dolarización en Ecuador. Yo fui el asesor del ministro de Finanzas.

Ecuador dolarizó su economía a inicios de 2000.

Sí. El punto es que esos dos países tienen economías completamente distintas a la economía Argentina…

No importa, no hace una diferencia. Los países europeos que utilizan el euro tienen economías muy distintas y usan la misma moneda.

¿Y cómo Argentina va a aumentar la competitividad de sus exportaciones con una economía dolarizada? Eso sería un duro golpe…

Los países se vuelven más eficientes. Como el caso de Suiza. Ellos saben que no vendrá una devaluación y comienzan a manejar sus negocios de una manera más eficiente. Si las devaluaciones fueran tan geniales, Latinoamérica sería un gran motor de exportaciones. Al final, todas las monedas latinoamericanas son basura.

Pero Argentina no es Suiza…

No, es Argentina. Y si lo manejara de la misma manera que Suiza, con los mismos incentivos que hay en Suiza o Alemania, funcionaría. Alemania siempre tuvo una moneda fuerte desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes se enfocan en hacer negocios, no en andar jugando con la tasa de cambio.

Volvamos a Ecuador. Usted participó en la dolarización del país. Este año Ecuador cayó en default, y a pesar de ser una economía dolarizada, está en serias dificultades. Es decir, la dolarización no garantiza el éxito.

Quizás si el expresidente Rafael Correa no se hubiese endeudado como lo hizo y no se hubiera puesto a gastar como lo hizo, las cosas serían diferentes. Ahora Ecuador está en default pese a que tiene una economía dolarizada.

"Quizás si el expresidente Rafael Correa no se hubiese endeudado como lo hizo y no se hubiera puesto a gastar como lo hizo, las cosas serían diferentes", dice Hanke".

Pero si no usaran el dólar estarían tan mal como Venezuela.

Entonces la dolarización en Ecuador no resolvió el problema fiscal...

La razón es que ellos no tienen reglas fiscales, no tienen una camisa de fuerza fiscal.

Es decir, si la dolarización no va acompañada de una camisa de fuerza fiscal, no funciona

Sí funciona. Tienes 33 países donde la dolarización funciona bien, excepto en uno. Y ese único país es Ecuador. He pensado mucho sobre el tema de Ecuador y la solución es que hay que tener dos camisas de fuerza: la fiscal y la monetaria.

En Ecuador la política fiscal quedó demasiado suelta. Si hubiesen existido más regulaciones fiscales, Correa nunca habría incurrido en ese nivel de deuda y Ecuador no estaría en default.

Hay otro ángulo en este asunto que es la exposición al riesgo. Si Argentina dolarizara quedaría mucho más expuesta a los golpes externos…

No quedaría más expuesta. Me estás haciendo una pregunta como de libro de economía. Argentina tiene un gigantesco shock interno. No hay shock externos que sean mayores que el shock interno que tienen ahora. Además todos los países están expuestos a shock externos, no hay cómo librarse de ellos.

La pandemia de covid-19 ha hecho más difícil la recuperación económica de la tercera mayor economía latinoamericana.

La situación está mal en Argentina y ha estado mal por más de 100 años. Siempre pasa lo mismo. Mira la crisis de 2001. Argentina es el país más moroso del mundo.

Hablemos de la deuda. Argentina logró reestructurar una deuda de US$66.000 millones que tenía con acreedores externos, ¿no fue eso un paso importante para salir de la crisis?

Pero ahora el valor de los bonos reestructurados cayó. Esto es algo que no tiene precedentes, nunca había pasado. La crisis continuará.

En ese contexto, ¿cree usted que en el corto plazo Argentina podría realmente llegar a dolarizar su economía?

La respuesta es sí. Ellos están espontáneamente dolarizando su economía de todos modos. La gente ya lo está haciendo (I)