Tras la muerte de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg se inició el proceso para elegir a la persona que la reemplazará en la Corte Suprema.

Pese a que la última voluntad de Ginsburg fue que su sustituto fuera nombrado por el gobierno resultante de los comicios, los republicanos ya empezaron el proceso para llenar la vacante en el alto tribunal lo antes posible.

En el partido, liderado por Donald Trump, señalan que ostentan el control de la Casa Blanca y del Senado y que tienen el derecho constitucional de llenar las vacantes en el tribunal cuando quieran.

Publicidad

Trump dijo que anunciará la designación este sábado y adelantó que será una mujer. Entre las finalistas figura Barbara Lagoa, una magistrada conservadora de Miami de origen cubano. También se ha mencionado a Amy Coney Barrett, una favorita de los conservadores religiosos.

¿Por qué es importante esta designación?

La Corte Suprema es el tribunal de mayor rango existente en los Estados Unidos. Se trata de la cabeza del Poder Judicial federal en ese país. Tiene la potestad de tratar una amplia gama de asuntos, desde el derecho al aborto pasando por temas migratorios e incluso el acceso a la salud o el permiso a portar armas.

El máximo tribunal está integrado por nueve magistrados (un presidente y ocho jueces asociados) y, antes de la muerte de Ginsburg, los conservadores tenían una mayoría de 5 contra 4, pero a veces jueces más moderados votan con los progresistas.

Publicidad

Si Trump, que ya tuvo ocasión de designar a dos de sus magistrados, logra nominar un tercero, el nuevo equipo sería 6 contra 3.

La actual composición de la Corte con un número par de magistrados abre la posibilidad de un empate, lo que complica la situación en el caso de que dilemas relativos a la elección del 3 de noviembre lleguen al tribunal.

Publicidad

Los jueces nombrados del tribunal sirven de por vida y solo pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de impugnación (impeachment), aunque pueden renunciar a su cargo por voluntad propia. Ningún juez ha sido destituido de su cargo, aunque muchos se han retirado o renunciado.

Principales aspirantes al puesto de Ginsburg

Trump buscar llenar la vacante de Ginsburg lo antes posible e incluso adelantó algunos nombres, entre estos el de una jueza cubanoestadounidense. "Es excelente. Es hispana. Una mujer excelente por todo lo que sé", le dijo Trump a Fox News. Sin embargo, quien cuenta con mejores posibilidades es Amy Coney Barrett, una favorita de los conservadores religiosos.

Barbara Lagoa

Lagoa, de 52 años, es una juez cubanoestadounidense de Florida que fue nominada por Trump en 2019 para servir en la Corte de Apelaciones del 11mo Circuito. Su nombre estaba en la lista de posibles elegidas publicada este mes por la Casa Blanca.

Criada en Hialeah, un suburbio de Miami con una considerable población latina, es hija de exiliados cubanos que huyeron del régimen comunista de Fidel Castro. Habla español fluido y tiene un sólido historial conservador como magistrada.

Publicidad

Su posible nominación se ha presentado como una forma de que Trump refuerce su menguante apoyo en un estado indeciso crucial, donde sondeos recientes han mostrado en cabeza por un estrecho margen al candidato demócrata, Joe Biden.

Lagoa también supondría la ventaja de haber sido investigada por el Senado hace apenas 10 meses, cuando obtuvo una confirmación sin complicaciones por 80 votos a favor y 15 en contra, un apoyo bipartisano relativamente raro. El 11mo Circuito tiene jurisdicción sobre Georgia, Florida y Alabama.

Trump dijo el sábado que aún no conocía a Lagoa, pero que “es hispana y muy respetada”.

Lagoa se graduó en la Universidad Internacional de Florida y obtuvo su título de derecho en la Universidad de Columbia de Nueva York en 1992. Después trabajó como abogada particular en Miami durante aproximadamente una década.

En 2000, ganó notoriedad como parte del equipo legal que representó a los familiares de Elián González, un niño que se vio inmerso en una publicitada disputa de custodia entre su padre en Cuba y sus parientes en Miami.

Lagoa está casada con Paul Huck Jr., abogado de Miami. La pareja tiene tres hijos.

Amy Coney Barrett

Barrett, de 48 años, está ampliamente considerada como favorita. Ya estuvo entre los finalistas para la segunda nominación de Trump al alto tribunal, que finalmente obtuvo el juez Brett Kavanaugh. Barrett, católica devota y con siete hijos, es una favorita de los conservadores religiosos y se considera que rechaza de plano el aborto.

Barrett fue nominada por Trump a la Corte de Apelaciones del 7mo Circuito federal y confirmada por el Senado en octubre de 2017 por 55 votos a favor y 43 en contra. El 7mo Circuito, con sede en Chicago, cubre los estados de Illinois, Indiana y Wisconsin.

En sus casi tres años en el puesto ha firmado unas 100 opiniones, incluidas varias opiniones discordantes en las que mostró su claro y consistente aspecto conservador.

Barrett sirvió como asistente legal del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia. Trabajó brevemente como abogada privada en Washington D.C. antes de volver a la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame, donde estudió, para convertirse en profesora en 2002.

En 2017, durante su vista de confirmación en el Senado para el puesto en la corte de apelaciones, los demócratas presionaron a Barrett sobre si sus creencias afectarían a sus posibles fallos sobre el aborto y otras cuestiones sociales controvertidas.

Barrett respondió que se tomaba su fe católica en serio, pero que “yo recalcaría que mi afiliación religiosa personal o mi creencia religiosa no me eximen de mis deberes como juez”.

Está casada con Jesse Barrett, un exfiscal federal que ahora es socio en una firma legal de South Bend, Indiana. La pareja tiene siete hijos, incluidos dos adoptados en Haití y uno con necesidades especiales. (I)