El mundo perdió más de dos tercios de los vertebrados en menos de 50 años y las zonas tropicales de América Central y del Sur son las más afectadas con un desplome del 94%, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que dibuja un panorama negro de consecuencias potencialmente nefastas para el hombre.

La actividad humana que genera la sociedad de consumo degradó además tres cuartas partes de las tierras y el 40% de los océanos. En concreto, la deforestación y la expansión agrícola son claves para explicar la desaparición del 68% de los vertebrados entre 1970 y 2016, indica la 13ª edición del Índice Planeta Vivo publicado este jueves.

El informe, elaborado cada dos años por WWF International en colaboración con la Zoological Society de Londres, alerta además del riesgo de futuras pandemias, a medida que el hombre extiende su presencia y entra en contacto con animales salvajes.

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En América Latina y el Caribe, la pérdida de la biodiversidad se debe en un 51,2% a cambios de uso de suelo lo que implica la modificación del medio ambiente que se dan por el crecimiento urbano, agricultura insostenible, producción de energía y minería.

"Se advierte que sin la biodiversidad del suelo los ecosistemas terrestres pueden colapsar, pues hasta el 90% de los organismos vivos de estos ecosistemas, incluidos algunos polinizadores, pasan parte de su ciclo de vida en estos hábitats", refiere un comunicado de WWF International.

También se alerta de riesgo de extinción de especies vegetales, se estima que una de cada cinco especies de vegetales se halla amenazada de extinción.

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En el informe se detalla que las últimas zonas sin huella humana se encuentran en Rusia, Canadá, Brasil y Australia.

"Durante 30 años, hemos estado siguiendo esta caída (de la biodiversidad), que se acelera. Seguimos yendo en la dirección equivocada", dijo el director general de WWF, Marco Lambertini.

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El nuevo Índice fue publicado a la par con un estudio elaborado por más de 40 instituciones académicas y ONG, que enumera las maneras de frenar y revertir las pérdidas provocadas por el consumo humano. (I)