La Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos (ALFE) calificó de arbitrario lo resuelto por el Gobierno que permite hacer requisiciones de ciertos medicamentos, especialmente sedantes.

“Sí, nos parece una medida arbitraria que se quieran requisar o confiscar estos medicamentos. También vemos que el desabastecimiento de medicamentos es ocasionado principalmente por el propio Gobierno, por la falta de planificación y por la corrupción que, al final de cuentas, pasa factura a toda la ciudadanía”, indicó Miguel Palacios, director de esa asociación.

Aclaró que ninguna de las catorce empresas locales que forman parte de esa asociación fabrica esas medicinas.
Algunos medicamentos que no son para combatir COVID-19, dijo, la industria nacional está en capacidad de abastecerlos, pero por la falta de planificación se han visto imposibilitados para hacerlo.

Publicidad

Agregó que existen firmas proveedoras de medicinas que no están recibiendo sus pagos de parte del Ejecutivo.
En tanto, la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Latinoamericanos en Ecuador (Alafar) ha preferido no dar a conocer su posición.

Los medicamentos que ya empezaron a ser requisados son Fentanilo, Midazolam, propofol, Rocuronio, Bromuro. Se los utiliza para sedación y analgesia. La medida fue pedida por el Ministerio de Salud al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional.

Los operativos están a cargo de Fuerzas Armadas. Serán destinados a las unidades de cuidados intensivos de la red pública de salud.

Publicidad

Para el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, en lugar de déficit debería hablarse de una demanda mayor pero con limitada oferta. “En ese juego, nosotros tenemos que, si las farmacéuticas no nos quieren dar, nosotros las vamos a tomar en bien de cada individuo, de cada paciente crítico”, señaló.

El funcionario defendió la resolución del COE. Aunque agregó que es una “manera violenta” de abastecimiento la justificó al manifestar que es una manera justa para tratar enfermedades críticas.

Publicidad

“Si es que a mí me hacen una oferta, siete veces, ocho veces más alta de lo que ofertaban hace dos meses, me llama muchísimo la atención y no están entregando para crear ese problema. La requisición quiere decir que uno va al sitio donde ha ubicado las medicinas y las toma para luego obviamente hacer el pago correspondiente, algo que es razonable”, manifestó ayer Zevallos. (I)