Un equipo del Instituto de Virología de Wuhan investigó en el 2012 lo que ocurría en una mina abandonada al suroeste de China donde varios trabajadores presentaron síntomas similares a los de una neumonía.

La viróloga Shi Zhengli lideró el equipo que hizo análisis a tres supervivientes que se pensó inicialmente habían sido infectados por hongos al limpiar las heces de los murciélagos, reseña Diario El Mundo. En el 2016 publicaron un artículo en la que indicó de las 152 secuencias genéticas de coronavirus encontradas en la mina, dos fueron similares a las del SARS y una fue descrita como RaBtCoV / 4991.

Ocho años después del acercamiento al virus se conoció que tiene un 96% de semejanza con el virus que ocasiona con el COVID-19. Un reportaje a inicios de este mes del diario británico The Sunday Times dio a conocer que varias muestras de esa expedición a la mina de cobre fueron congeladas en un laboratorio de máxima seguridad.

Publicidad

"Una investigación ha descubierto evidencia de que China no compartió información crucial sobre el virus hermano de la Covid-19, a pesar de que es el líder más fuerte en la búsqueda de los orígenes de la pandemia", se indicó en la publicación.

Una de las diferencias, reseña el diario español, es que hay un segmento de seis aminoácidos que permiten el ingreso a las células humanas.

El informe del diario británico también se señala que China ocultó los datos que tenía sobre ese virus y que esto se conoció por la tesis de un médico que trabajaba en el hospital donde atendieron a los mineros. (I)