No sabía cómo silenciar los micrófonos de sus invitados en la plataforma Zoom. Tampoco podía grabar la clase de ensayo y no quería ni llegar a la fase de subirla a la plataforma donde debe trabajar las tareas con sus alumnos. Y esos solo eran los primeros pasos.

Cuando le hablaban de mirar el chat para que leyera las preguntas o dudas que tenían los estudiantes, los ojos se le agrandaban y se llevaba las manos al rostro para cubrirse la nariz y boca mientras movía la cabeza en señal de negación.

Es la realidad de una docente de la Universidad de Guayaquil, quien se vio obligada a tomar clases particulares en línea para tratar de entender el manejo de las nuevas plataformas virtuales y tecnológicas, herramientas que se han vuelto vitales para los profesores en este tiempo de pandemia por el coronavirus.

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"Es demasiado para mí, mucho estrés, ya mis estudiantes saben que todavía deben perdonarme unos días más si me equivoco o aplasto algo mal, porque estoy en el proceso de aprendizaje, lento pero ahí voy aprendiendo", cuenta esta profesora que empezó a dar clases el miércoles 1 de julio, cuando la Universidad de Guayaquil, más conocida como la Estatal, comenzó su periodo académico de pregrado.

Al igual que ella, otros profesores de la Universidad de Guayaquil han buscado por sus medios la forma de aprender a manejar las plataformas que van a utilizar en este año lectivo. El primer día de clases fue la prueba de fuego para los docentes que aún no manejan por completo estas herramientas virtuales, la opción de estudio que por ahora tienen todos los niveles educativos del país, ante la actual pandemia del COVID-19.

Son 2054 docentes los que imparten sus clases a través de 2897 aulas virtuales, habilitadas mediante la plataforma Moodle 3.8.2 con licencias de Zoom, que garantizaría, sin problemas, las clases en línea, dijo, la semana pasada, Roberto Passailaigue, rector e interventor de la Universidad de Guayaquil, el centro público de educación superior con más población en Ecuador.

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El miércoles comenzaron clases 50 878 alumnos que estaban matriculados, hasta esa fecha, en este ciclo académico. Ese día hubo quejas de alumnos y docentes porque muchos no pudieron conectarse o tuvieron problemas para hacerlo y para manejar las plataformas virtuales. "Teníamos que escribirle al profesor para que nos pase el ID correcto de la clase porque no podíamos entrar. En la plataforma nos ponían unos ID y esos no coincidían para entrar a la reunión", contó una alumna.

Ese era uno de los problemas más reiterativos que tuvieron muchos. Para algunos docentes, en especial para aquellos que no están acostumbrados a las tecnologías virtuales que se actualizan periódicamente, ha "significado un estrés", "una angustia", "un calvario" el intentar pasar de una plataforma a otra (por ejemplo, de Zoom a Teams) casi de manera simultánea o el tenerlas abiertas al mismo tiempo para subir el material de estudio, chatear con alumnos, revisar deberes, contestar las llamadas que se pueden hacer por estas plataformas, entre otras.

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"Nos estamos reuniendo en grupos, de manera virtual. Y eso también es otro problema porque hay compañeros que no entienden, que no saben qué (botón o tecla) aplastar. No es lo mismo que sea presencial (el curso particular que están tomando). Pero ahí le vamos dando. No estábamos listos, pero ahí ‘moriremos en el intento’", comenta uno de los docentes a tiempo completo que buscó ayuda de un colega más joven que salió de la universidad, hace dos semanas, cuando les dieron por terminado el contrato a más de un centenar de profesores ocasionales.

"Mi hija y mi nieta me han estado ayudando. Pero no sé cómo les voy a pedir auxilio cuando no estén y se me aplasten mal esos botones. Ahí les pediré ayuda a los mismos alumnos", dice otra docente.

A esto, según profesores, se suma "el estrés de correr y conectarse a la otra hora con otro paralelo o curso", puesto que, afirman, les aumentaron la carga horaria y ahora tienen más cursos y otras materias que dar. Esto último, a propósito de la salida de los profesores ocasionales.

Además de las capacitaciones particulares en la que algunos docentes han invertido están también los costos y la compra de implementos, como cámaras web (webcam), computadoras, grabadoras, cambio y ampliación de planes de internet y de telefonía.

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"La Universidad tenía que darnos 120 horas de capacitación y solo nos han dado 20, no ha cumplido... El resto ha sido por nuestra cuenta... Y además tenemos ahora más cursos. Yo por ejemplo tenía 3 cursos y a veces hasta 4. Pero ahora tengo 7. A otros compañeros les han dado 9 (cursos) y tienen (que dar clases) en la mañana, tarde y noche", menciona otro docente.

Rector dice que todos recibieron capacitación

Y aunque docentes de la Universidad de Guayaquil dicen que comenzaron las clases sin recibir la debida capacitación, '120 horas', por parte de la institución, el rector, Roberto Passailaigue, sostuvo, el jueves último, que todos los docentes fueron instruidos para dar las clases en línea. Y que las fallas se dieron porque algunos no prestaron la debida atención o no asistieron a las capacitaciones.

Agregó que también detectaron casos de profesores y alumnos que no se desconectaban del sistema, porque posiblemente "se olvidaban" o por "boicot" y aquello impedía que otro docente o estudiantes pudieran ingresar a las clases virtuales.

Preocupación de docentes desvinculados

Profesores a quienes la Universidad de Guayaquil les dio por terminado el contrato ocasional que tenían, hace dos semanas, manifiestan que están preocupados porque la entidad todavía no les dice qué documentos deben presentar ni cuándo para que puedan empezar a elaborar sus liquidaciones y el pago del mes de junio, hasta el 23 que trabajaron.

"Uno llama y no contestan. Y toca ir de manera personal, pero ni en Talento Humano saben qué debemos de presentar. Solo nos dijeron que tenemos que presentar una lista de documentos, 'un montón' de papeles, pero nadie sabe qué papeles son ni cuándo hay que entregarlos o cuándo los van a recibir", expone uno de los maestros desvinculados. (I)