Los 100 días de cuarentena dejan $5807 millones de pérdidas en el comercio en todo el país. La Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador aún no tiene una cifra de negocios quebrados, pero reporta que algunos tienen problemas para seguir operando debido a la baja demanda.

El 2020 no empezó bien. Hubo ligeras contracciones en la producción en los primeros meses que con la cuarentena -decretada el 17 de marzo ante la propagación del coronavirus- se aceleró y en marzo las ventas cayeron en un 21,4 % y en abril el desplome fue del 45, 6 %. Son datos del Banco Central que detalla Análisis Semanal.

Desde febrero el volumen de producción en todos los sectores analizados se contrae. En abril cae más el comercio (-38,5 %) en relación al mes anterior; la industria (- 27,1 %), los servicios (-23 %), la construcción (16,5 %).

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El Ministerio de Producción y Comercio Exterior calculó un lucro cesante -es decir las pérdidas de las empresas por no poder vender- de $12 000 millones solo en dos meses de confinamiento. A partir de mayo las empresas fueron reactivándose con las ventas online y entrega a domicilio y reabriendo sus puertas una vez que ciudades como Guayaquil pasaron del semáforo rojo al amarillo. Las expectativas de mayo eran empezar a salir a flote, pero aún no hay cifras oficiales.

Así la economía hace frente a dos problemas de la pandemia del COVID-19: La reducción de la producción de gran parte de los negocios. Y que la demanda de bienes se ve afectada por un consumidor con menos liquidez.

El presidente de la Federación y de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Pablo Arosemena, indica que la paralización productiva y la falta de medidas para la reactivación han disparado la pérdida de empleo en el país. Según las últimas cifras de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), entre marzo y mayo de 2020, se han perdido 200 000 empleos formales. Más de 30 000 pertenecen a Guayaquil. "Si no se toman las medidas adecuadas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que se pierdan alrededor de 500 000 empleos adecuados".

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Y es que la caída de producción destruyó empleos formales y el sector más afectado fue la construcción (-7,5 % en abril), según la encuesta Opinión Empresarial del Banco Central. Le siguen comercio (-2,6 %), servicios (2,3 %) e industria (-1,5 %).

Análisis Semanal muestra también el lado positivo de las cifras. Hubo expansiones de empleo en los sectores de información y comunicación (5,2 % mensual), enseñanza (4,3 %), transporte (0,8 %).

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Arosemena sostiene que los negocios más pequeños, como minimarkets, piden abrir en horarios más extendidos para poder reactivarse.

En el caso de la microempresa, las que han sufrido mayor afectación -indica Belén Luzón, Jefe de Negocios de Cooperativa Andalucía- son las que se dedican a actividades de servicios como restaurantes, gimnasios, operadoras de turismo, bares, discotecas, entre otras. Estima que los ingresos de las microempresas han disminuido entre un 50 % y un 100 %, en los casos más extremos.

El principal impacto que ha tenido este sector está relacionado con el decrecimiento de la demanda. “Esto ha generado una disminución en ventas, limitaciones de acceso a insumos, reducción de mano de obra, limitación de acceso a financiamiento. Esto, sumado a que muchos procesos productivos no pueden hacerse de manera remota han impactado en la contracción de los ingresos de los microempresarios”, asegura Luzón.

Propuesta para recuperación del comercio y el empleo

Pablo Arosemena cree que es necesaria la flexibilidad laboral para recuperar la productividad. "Es indispensable reformar nuestro código laboral anacrónico y obsoleto a uno moderno y flexible con contratos a plazo fijo y con jornadas laborales flexibles de acuerdo al sector".

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Y que haya menos trabas para la producción y el comercio para acelerar la recuperación de la economía: "eliminar aranceles y tramitología INENficiente que encarecen la producción. Las salvaguardias que planea implementar el Gobierno solo perjudican al empleo y al consumidor". (I)