China reportó el domingo 57 nuevos casos de COVID-19, la cifra diaria más elevada desde abril, a medida que crecen las preocupaciones por un posible resurgimiento de la epidemia en el país.

La Comisión Nacional de Salud anunció que 36 de esos casos eran infecciones domésticas en la capital, Pekín, donde el registro de nuevos casos ha provocado bloqueos en varios barrios residenciales.

Además, las autoridades procedieron al cierre de un mercado de carnes en la ciudad.

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Reporteros de AFP vieron a cientos de policías, muchos con máscaras y guantes, y decenas de policías paramilitares desplegados en el mercado.

Los nuevos casos han provocado preocupaciones sobre la seguridad de la cadena de suministro de alimentos, y también se han cerrado algunos otros mercados en la ciudad.

Las autoridades de supervisión de mercado de Pekín ordenaron una inspección de seguridad alimentaria en toda la ciudad centrada en carne fresca y congelada, aves y pescado en supermercados y almacenes.

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Se han cerrado nueve escuelas y jardines de infantes cercanos y Pekín ha retrasado el regreso de los estudiantes a las escuelas primarias.

Además, se registraron dos casos de contaminación local en la provincia de Liaoning.

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Estos contagios hacen temer que la pandemia resurja en China, donde brotó en diciembre en la ciudad de Wuhan (centro). Las autoridades controlaron la expansión con un férreo confinamiento, que fue levantándose a medida que los contagios cedieron. (I)