A David Torres le suspendieron la jornada laboral a principios de abril. Desde entonces aprovecha capacitaciones y cursos virtuales que van ligada a su profesión de fotógrafo.

Sin embargo, afirma vivir cada día en incertidumbre. "Ya voy para cuatro semanas de suspensión y no sé cómo debo pagar esas horas. Todo esto me genera incertidumbre, no sé si me pagarán el sueldo de los siguientes meses o me descontarán de vacaciones", señala.

Torres es parte de la nómina de 28 305 empresas que suspendieron la jornada a 432 239 empleados. El promedio registrado por empresas va de 30 a 200 días.

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El Ministerio del Trabajo, hasta el 26 de abril, registró 372 503 teletrabajadores. De esa cifra, 261 557 corresponden al sector público y 110 946 al privado.

Además, 5757 empresas redujeron la jornada de 40 a 30 horas semanales a 144 496 colaboradores durante la emergencia por COVID-19.

Como ocurrió con José Mendoza, de 31 años, quien labora para una multinacional como analista de marketing. Él trabaja de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 desde casa; sin embargo, sobrepasa el horario de las 30 horas semanales por la cantidad de trabajo. Afirma que sus superiores le indicaron: "Todos tenemos que colaborar para que no haya despidos".

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Otras compañías modificaron la jornada laboral a 19 669 trabajadores.

Son 968 907, casi un millón de trabajadores, dentro de las cuatro modalidades emergentes que constan en los acuerdos ministeriales 076, 077 y 080. (I)