A un mes de su activación por la emergencia sanitaria a causa del COVID-19, el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional (COE-N) enfrenta cuestionamientos a su gestión, enfocados en la falta de liderazgo y de transparencia.

El COE-N fue activado el 12 de marzo, trece días después de confirmarse el primer caso positivo para el virus y a menos de 48 horas de que cinco ministerios tomaran decisiones para combatir la pandemia.

Salud declaró el estado de emergencia sanitaria el 11 de marzo y, en ese mismo acuerdo ministerial, decidió activar la Mesa de Trabajo 2 (Salud y Atención Prehospitalaria) del COE-N para que se coordinen acciones con los gobiernos locales. Cancillería dispuso el aislamiento preventivo obligatorio por 14 días de viajeros de determinados países; Trabajo emitió directrices para el teletrabajo; y Educación suspendió clases a nivel nacional.

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El catedrático en la Universidad Andina y exviceministro en Gestión de Riesgos, Ricardo Peñaherrera, dijo que hasta ahora no se ve claramente cuál es la cabeza de todo el operativo de emergencia en el COE-N. Las primeras decisiones que se tomaron, incluso antes de la instalación, no se cumplieron, como los controles de temperatura en los aeropuertos y la suspensión de un partido de fútbol en Guayaquil. “Lo que demuestra un debilitamiento del sistema gubernamental, en general y del sistema de salud, en particular, lo cual viene de años atrás. Además, hay falta de planificación a corto plazo y una comunicación débil”.

Según el manual del COE, el presidente del organismo es también el presidente de la República. Sin embargo, al inicio Lenín Moreno encargó esto al vicepresidente Otto Sonnenholzner y, ahora, “por las actividades en territorio de este último”, lo lidera la ministra de Gobierno, María Paula Romo, informó la directora del Servicio Nacional de Riesgos y Emergencias (SNRE), Alexandra Ocles.

Las medidas del COE ya instalado tampoco se estarían cumpliendo, aseguró Peñaherrera, y puso el caso de su padre, quien dio positivo para COVID-19 y falleció. El Gobierno ordenó la participación de la red privada de salud, pero a su padre no lo recibieron en una clínica, le hicieron una tomografía en otra y “se lavaron las manos”. Y hay más casos así.

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“Veo falta de articulación, tengo el problema de cadáveres, pero no solo son los cadáveres, es toda la cadena, desde que se enferma hasta el cadáver. Hoy veo el problema, digo lo que voy a hacer, pero no lo hago, recién voy a ver cuál es el protocolo y las cosas deberían ser al revés, tenemos este problema, preparo el protocolo y luego lo anuncio”.

El otro tema es la falta de transparencia. Esta semana, la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD) exhortó al COE a garantizar transparencia y la publicidad de sus acciones, como señala el manual expedido por la desaparecida Secretaría Nacional de Riesgos.

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“No se han hecho públicas, hasta el momento, las actas de las sesiones que mantiene el COE, esto a pesar de que su manual establece lineamientos claros sobre su contenido... es fundamental que los ecuatorianos podamos conocer quiénes participan, cómo se toman decisiones y cuáles son los fundamentos”, expresó la FCD.

Ocles, en cuya administración se elaboró este manual en el 2017, indicó que todas las resoluciones están publicadas, pero las actas necesitan pasar por una revisión jurídica y aún no son divulgadas.

Sobre los otros cuestionamientos, Ocles sostuvo que no hay una falta de planificación, sino un trabajo continuo de las mesas técnicas que componen el COE y que son soporte de las decisiones en los distintos sectores, las resoluciones se toman sobre la marcha, con elaboración de protocolos para los que se han tomado como base normas internacionales.

Tampoco hay falta de liderazgo, sino un trabajo selectivo de las distintas instituciones, porque la respuesta no depende de una sola persona, sino de la acción de organismos del gobierno central y de sus similares en provincias y cantones.

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Aunque en el manual no se prevén pandemias mundiales, la directora de Riesgos señaló que el documento es adaptable para estos escenarios y es una guía básica. (I)