La suspensión de las clases presenciales desde marzo, debido a la emergencia sanitaria por el COVID-19, se dio cuando las universidades de Guayaquil habían terminado su periodo de clases regulares en carreras de grado, y entonces la modalidad virtual se aplicó en clases y exámenes de recuperación, supletorios, algunas en cursos de nivelación o admisión que ya habían empezado o estaban por iniciar, en periodos académicos extraordinarios PAO y en posgrados. El cambio se dio de un día para otro y no ha sido un proceso fácil para todas, pese a que la comunidad universitaria ya tiene experiencia en el uso de sus plataformas institucionales.

“No ha sido nada fácil esta transición. Estamos aprendiendo, pero es mejor de lo que esperábamos, por ejemplo, esperábamos que muy pocos estudiantes se registren en el periodo académico extraordinario, pero no fue así. Se registraron los que esperábamos, 1141 estudiantes”, dice Paúl Herrera, vicerrector académico de la Espol.

“Si bien la Espol no se había manejado antes con clases virtuales, sí teníamos bastante experiencia en el uso de recursos y aplicaciones de tipo digital que son ahora claves para hacer esta transición”, precisa Herrera.

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En la Universidad de Guayaquil, la más numerosa del país, con 77 000 estudiantes, antes de la emergencia, en la planificación anual “se previó el desarrollo de la institución en el contexto digital y pudimos hacer convenios que nos permiten 300 aulas virtuales, además de la plataforma moodle de la universidad”, dice Monserrat Bustamante, vicerrectora académica, que añade que durante este tiempo se aplicó la modalidad virtual en los PAO y en trece programas de maestrías, en estos últimos con 521 estudiantes, con 96 % de asistencia”.

En el caso de la Universidad Católica, se adaptaron a la plataforma institucional algunas herramientas que usan en la modalidad a distancia. “Hemos hecho normativas, videos, tutoriales de cómo utilizar la plataforma, tanto para docentes como para estudiantes, sobre todo para los de los cursos de admisión, que no están tan familiarizados con su uso”, dice Cecilia Loor, vicerrectora académica.

Las universidades también están capacitando a sus docentes. Dolores Zambrano, coordinadora de titulación de la maestría de Tecnología e Innovación Educativa de la Casa Grande, indica que a pesar de la capacitación, haber modificado los programas de estudio a la modalidad online ha representado un trabajo adicional. “Se debe rediseñar la planificación curricular presencial para convertirla en una planificación netamente virtual, incorporar experiencias y estrategias de aprendizaje innovadoras, aplicación de recursos digitales, entre otros cambios”, dice.

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Otras universidades, como la Ecotec, estaban dando pasos para trabajar en entornos digitales y la emergencia hizo que se adelantaran, “aunque en un contexto bastante adverso”, precisa su rectora, Gilda Alcívar.

“Tuvimos que migrar todo a los entornos digitales, nuestra plataforma tenía que funcionar al triple de su capacidad, así que compramos un nuevo servidor”, indica y agrega que la transición es fuerte, “pero los resultados han sido positivos, hemos mantenido un 90 % de asistencia. En posgrados, que eran cien por ciento presenciales, los fines de semana, se han mantenido los horarios y la directora de esa área, Noely Pinela, destaca la asistencia al cien por ciento, así como la puntualidad con conexiones a tiempo. Son 1500 los estudiantes de maestrías.

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Las universidades coinciden en que la asistencia es alta. En la UEES, de un total de 4500 estudiantes de PAO, posgrado y educación continua, según Édgar Salas, director de Innovación, 93 % asiste a las clases en vivo y 5 % revisa las sesiones grabadas.

El inicio de las clases del primer semestre del periodo académico extraordinario está cerca y se prevé que siga la modalidad virtual, por ello las universidades toman medidas. “Hemos levantado información con los estudiantes de periodo extraordinario y tenemos entre un 10 y 15 % que presenta dificultades, porque no tienen una computadora, pero sí tienen un celular, entonces estamos trabajando para que desde el teléfono puedan acceder a nuestra plataforma”, dice la vicerrectora de la Católica.

La U. de Guayaquil enviará una encuesta a los correos de sus estudiantes para saber cómo es la accesibilidad que tienen, “si cuentan con planes domésticos, si se conectan a través de sus megas o a través de una red pública, porque para poder tomar decisiones tenemos que tener un diagnóstico de cómo está la capacidad de acceso virtual de nuestros docentes y estudiantes”, dice Bustamante. La U. de Guayaquil tiene 2800 profesores.

La U. de Guayaquil tiene previsto también iniciar vía online los cursos de nivelación con 8313 estudiantes.
El vicerrector de la Espol indica: “El principal inconveniente que hemos tenido es que algunos estudiantes tienen restricciones para acceso a internet de calidad, y en algunos casos no tienen acceso o una computadora personal para ellos. Es algo que estamos trabajando en este momento para ver cómo aseguramos que estos estudiantes sigan sus clases virtuales”.

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“Algunos de nuestros estudiantes viven en el campo y no tienen buena señal de internet, a ellos se les da apoyo a través de WhatsApp o por vía telefónica”, expresa José Juncosa, vicerrector de la U. Politécnica Salesiana.

Para aquellos que tienen problemas de conexión, les funcionan mejor las clases grabadas, por ello llevamos una bitácora digital de la programación para que el estudiante sepa los temas que se explican en la clase, minuto a minuto”, cuenta Rosa Benites, docente de Contabilidad de la UPS.

La U. de las Artes realizó también una encuesta con sus alumnos que arrojó que la mayoría tiene acceso una laptop o a una computadora de escritorio en su domicilio, el mayor problema es que son compartidas por varios miembros de la familia.

“Son datos valiosos que nos indican por ejemplo que si el Estado quiere garantizar el derecho a la educación pública, va a tener que hacer políticas públicas respecto de la conectividad y al equipamiento de estudiantes, eso no se puede dejar al libre mercado. Creo que el Estado debe establecer con las empresas que ofrecen servicio de internet condiciones favorables para que se cumpla el derecho a la educación”, dice su rector, Ramiro Noriega.

El mayor inconveniente es que hay estudiantes que tienen restricciones para acceso a internet de calidad y en algunos casos no tienen acceso o una computadora personal para ellos”.Paúl Herrera, vicerrector de la Espol

Zoom

Zoom es una herramienta de videoconferencias que además permite mensajería instantánea y simultánea, entre otras funciones. Esta es la aplicación más utilizada por las universidades, aunque algunas tienen plataformas institucionales que cumplen con las mismas funciones.

Más participación

Curiosamente, tanto estudiantes como profesores destacan que con la modalidad virtual los alumnos participan e interactúan más que en las clases presenciales. (I)