Es una pesadilla. Los familiares, entre lágrimas y ruegos, buscan camas en hospitales para sus enfermos, y el personal de salud que aún queda en estos centros batalla por atender en medio de limitaciones. Hay decenas de médicos tratantes y residentes, enfermeras y auxiliares con permiso médico por estar contagiados de COVID-19, por haber estado en contacto con infectados, por ser personas vulnerables, por falta de transporte y hasta por estar de vacaciones.