La violencia ha aumentado en Israel luego de que Estados Unidos presentarán un plan de paz que los palestinos rechazan.

El presidente palestino Mahmud Abas "tiene responsabilidad" por la violencia de los últimos días en Israel, había dicho el jueves Jared Kushner, yerno y asesor del presidente Donald Trump, encargado del plan de paz estadounidense para Medio Oriente.

"No pidan un día de ira y animen a (su) pueblo a seguir la violencia si no consiguen lo que quieren", dijo Kushner tras informar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el proyecto.

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En tanto, los palestinos rechazaron este viernes las acusaciones tras una jornada de choques y ataques que dejaron tres muertos palestinos y más de una docena de heridos israelíes.

Ellos vincularon el repunte de la violencia con el plan de Trump, que favorece a Israel en todas las cuestiones espinosas del conflicto y le permitiría anexionarse grandes parte de la Cisjordania ocupada.

“Quienes presentan planes para la anexión y el apartheid y la legalización de la ocupación y los asentamientos, son los que tienen la plena responsabilidad de agravar el ciclo de violencia y extremismo”, dijo Saeb Erekat, un destacado funcionario palestino en un comunicado.

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Los palestinos anhelan un estado independiente en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, territorios capturados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. Consideran que los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este -donde viven unas 700.000 personas- son un importante obstáculo para la paz. La mayor parte de la comunidad internacional ve estos puestos avanzados como ilegales.

El plan de Trump permitiría que Israel se anexionase todos sus asentamientos, además del estratégico Valle del Jordán. A cambio, los palestinos tendrían una autonomía limitada en varios territorios, con una capital a las afueras de Jerusalén, pero solo si cumplen unas condiciones casi imposibles.

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, respaldó con entusiasmo el plan. Los palestinos lo rechazaron con rotundidad, pero Abás no ha hecho un llamado a la violencia.

Sus fuerzas de seguridad trabajan con Israel para combatir a los grupos insurgentes en las partes de Cisjordania donde Israel les permite operar. Abás amenazó con suspender la cooperación en seguridad en respuesta a la iniciativa estadounidense, pero no se cree que lo vaya a hacer.

La violencia que se ha desatado los últimos días hizo que el jueves ocurriera un atropello intencional en Jerusalén, el cual causó 14 heridos, 12 de ellos soldados israelíes, en una jornada violenta que se saldó también con la muerte de tres palestinos a manos del ejército israelí, uno de ellos abatido en la Ciudad santa, tras disparar contra policías.

Sin dudas el proyecto de paz estadounidense ha polarizado a israelíes y palestinos, mientras la comunidad internacional cree más conveniente la solución de dos estados respetando las fronteras antes de la Guerra de los Seis Días de 1967. Pero eso es algo poco factible por la posición de Israel. (I)

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