El enorme esqueleto de una ballena tropical es lo primero que se puede observar en la sala de exposición de la Fundación Charles Darwin (FCD), en Puerto Ayora, Galápagos. Luego, en otra habitación, se divisan cuerpos de iguanas marinas, delfines, tortugas terrestres, insectos y aves disecados.

Todo es parte de las colecciones de historia natural de la FCD que ha documentado cuidadosamente la biodiversidad única del archipiélago durante los 60 años que lleva establecida en las islas.

Todos los animales que los turistas pueden observar se han encontrado muertos por diferentes causas alrededor de las islas y cuando el estado de los cuerpos es bueno, se aplica el proceso de conservación.

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Vertebrados, invertebrados terrestres y marinos, y un herbario conforman estas colecciones.

“Nosotros somos custodios de estas colecciones a través de un convenio entre la fundación y el Gobierno del Ecuador”, dice Andrea Acurio, investigadora de la FCD.

El herbario cuenta con más de 43 000 especímenes de plantas vasculares y no vasculares, así como líquenes, algas y hongos, con casi 1000 especímenes nuevos añadidos cada año.

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La mayoría son organismos nativos de Galápagos, aunque también incluye especies invasoras e introducidas y que son ahora parte de la flora de las islas.

En cambio, los vertebrados han sido ingresados en la FCD desde 1962. Todos los especímenes son preparados bajo la supervisión y autorización de la Dirección de Parque Nacional de Galápagos. Una vez que el individuo es colectado, el personal realiza una necropsia y toma muestras genéticas e histopatológicas.

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El 51 % de la biodiversidad en las Galápagos consiste de insectos. La colección de invertebrados terrestres de la FCD contiene más de 38 000 especímenes.

En tanto que la de invertebrados marinos es la más nueva, inició en 2008. Tiene más de 7000 especímenes.

Las colecciones son usadas para estudios filogenéticos, descripciones de especies nuevas para la ciencia, revisiones taxonómicas, estudios de especies invasoras, entre otros.

Sin embargo, el mantenimiento de todas estas muestras es complejo y costoso ya que están guardadas en espacios climatizados con temperatura y humedad controladas.

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Los especímenes deben estar siempre a menos de 21 °C y con una humedad de menos del 50 %. En Galápagos es un poco difícil mantener esas condiciones porque en promedio la humedad anual es del 70 % y la temperatura pasa de los 27 °C”, señala Acurio.

Además del gasto energético elevado, los elementos que se necesitan para curación y extracción de pieles son difíciles de conseguir en el Ecuador continental y más aún en las islas. La financiación de la FCD es a través de donaciones.

Toda la información que generan las colecciones está disponible de forma gratuita en la página web de la FCD, en la sección Datazone, para que investigadores, estudiantes o público en general puedan diseñar estrategias de conservación o programas educativos.

Además, los datos son facilitados a instituciones como la Agencia de Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, lo cual permite la aplicación de mecanismos de protección frente a posibles plagas.

La FCD también realiza recorridos por la sala de exhibición y colecciones dirigidos a estudiantes de escuelas, colegios y universidades a nivel nacional completamente gratuitos. La entidad educativa solo debe contactar a la fundación.

“Incluso vienen universidades extranjeras. Anualmente viene un grupo de estudiantes australianos y nosotros les explicamos las colecciones que tenemos”, dice Acurio. (I)