El prefecto del Azuay, Yaku Pérez Guartambel, aseguró este jueves que no le extraña la denuncia que el legislador de CREO, Fabricio Villamar, hizo en su contra por el presunto delito de rebelión cuando un grupo de manifestantes ingresó al edificio de la Asamblea Nacional el 8 de octubre pasado.
No le extraña porque -según dijo- viene de “la derecha violenta que responde a los mandatos del Fondo Monetario Internacional (FMI)" y que perdió la batalla tras doce días de paro.
Aunque admitió que estuvo en la Asamblea, aclaró que solo pisó el patio y que al conocer que ningún legislador estaba presente se retiró al Ágora de la Casa de la Cultura para instalar el Parlamento Plurinacional de los pueblos.
Publicidad
Dijo estar preocupado porque el Gobierno de Lenín Moreno reproduce la persecución iniciada por su antecesor contra dirigentes sociales y políticos.
Su defensa legal -agregó- será con la verdad y la experiencia de haber sido denunciado en el 2000 por ese mismo delito por el entonces Gobernador del Azuay.
También solicitará la filmación de las cámaras de seguridad de la Asamblea y el testimonio de algunos periodistas que le entrevistaron en ese sitio.
Publicidad
Aclaró que las diferencias ideológicas con los militantes correístas son abismales y con ellos “no iría ni a misa”, pero no le parece justo ni correcto lo que hicieron con los Prefectos de Pichincha y Sucumbíos y que la investigación puede darse sin ejecutar una prisión preventiva.
Esto confirma, según Pérez, que a ellos se los está juzgando con la misma política persecutoria que inició su líder, el expresidente Rafael Correa, en contra de los dirigentes sociales que pensaban diferente al régimen durante los años de su mandato.
Publicidad
Insistió que el movimiento indígena no es golpista y no querían la destitución de Moreno porque fue electo por mayoría de votos y que cualquier reemplazo debe ser legítimo a través de las urnas. Ahí se desmarcó de los correístas que hoy están resguardados en la Embajada de México que durante los días de conmoción social pedían la muerte cruzada, renuncia del Presidente y hasta elecciones adelantadas.
También anticipó que la movilización social podría reactivarse si el Gobierno vuelve a emitir un Decreto en el que se ataque "el estómago de los más débiles".
En cuanto a una aspiración presidencial para el 2021 respondió que no es algo que lo obsesiona, pero tampoco está descartado. (I)