Miles de personas huían de los bombardeos aéreos turcos en el norte de Siria luego de que los ataques mataron a quince personas, ocho de ellas eran civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El Ministerio de Defensa de Turquía indicó que las fuerzas terrestres del país habían cruzado la frontera para pelear contra los combatientes kurdos en el noreste de Siria, horas después de que aviones y artillería turcos atacaran zonas de la frontera norte de Siria.

La ofensiva de Turquía, llamada Operación Primavera de Paz, se produjo luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, aceptó retirar a sus soldados de la región.

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Turquía pretende crear una “zona de seguridad” que estaría libre de combatientes kurdos –a quienes Ankara considera terroristas y una extensión de los rebeldes kurdos que luchan dentro del territorio turco– y eventualmente permitir el retorno de refugiados.

La ofensiva suscitó una avalancha de críticas internacionales. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá hoy de urgencia.

Trump estimó que la operación de Ankara era una “mala idea”, aunque fue la retirada de las tropas de su país a principios de semana de las zonas fronterizas en Siria la que allanó la vía a la ofensiva contra las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG).

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En Ras al Aín, un periodista de la AFP escuchó una fuerte explosión y vio una columna de humo cerca de la frontera. Disparos de artillería contra la ciudad obligaron a huir a decenas de civiles.

Miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y árabes dominada por las YPG, equipados con lanzacohetes, se desplegaron en la zona.

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Esta ofensiva es la tercera que Turquía lleva a cabo en Siria desde 2016. Abre un nuevo frente en este conflicto que ya ha dejado más de 370.000 muertos desde 2011.

El Ministerio de Defensa turco aseguró que se evitarían las víctimas civiles. 

Pueblo sin patria de 30 millones de personas

Los kurdos suman unos 30 millones de personas, constituyen el 15% de la población de Siria; el 19% de la de Turquía; el  20% de la Irak y son la segunda etnia más grande de Irán. Hablan una lengua indoeuropea, relacionada con el farsi de Irán, y en su gran mayoría son musulmanes suníes.

Con el derrumbe del Imperio otomano tras la Primera Guerra Mundial, a los kurdos se les prometió una patria independiente en el Tratado de Sevres. Pero nunca fue ratificado, y el Kurdistán quedó dividido en pequeñas partes. Desde entonces ha habido rebeliones kurdas en Irán, Irak y Turquía.

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Sin patria y sin haber alcanzado el estado de nación, el Kurdistán es  una de las naciones sin estado más grandes del mundo, con  unos 191.000 km², publicó CNN.

Partes de esa región son reconocidas por Irán, donde está la provincia de Kordestán; y el norte de Irak, sitio de la región autónoma conocida como Kurdistán iraquí. Además cuentan con los Peshmerga, una fuerza militar de 100.000 miembros que protege al Kurdistán iraquí e incluye a mujeres combatientes, refiere el medio. 

Los kurdos de Siria han tenido esperanzas de alcanzar la autonomía total en el extremo nororiental del país, donde se concentra su población. Damasco no lo ha permitido y Turquía se opone a ello. (I)