Yo educo, tú educas, él-ella educa, nosotros educamos, vosotros educáis, ellos educan.

Educar es un verbo que se conjuga en todas las personas porque, queramos o no, nos guste o no, lo practicamos todos.

Educar es acompañar el desarrollo integral de los seres humanos y esto es bastante más que trasmitir conocimientos, se trata de lograr el desarrollo de la inteligencia, de la creatividad, de la voluntad, de la sociabilidad, de la emotividad, del ser biológico, lo que ocurre en contacto del ser que se educa con la naturaleza, la sociedad y la cultura .

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Los seres humanos nacemos en una sociedad y nos educamos en ella. Educar es comunicar y en toda comunicación hay un mensaje explícito y un mensaje implícito. El explícito está claro: es lo que se dice, lo que se muestra, lo evidente. Es lo que hacen los padres cuando dicen a los hijos que no mientan, la maestra cuando pide puntualidad o cumplimiento de las tareas a sus alumnos, las autoridades cuando emiten leyes, reglamentos y normas. Pero cuando alguien llama a la casa y pregunta por la mamá y ella le dice al hijo que diga que no está, hay un mensaje implícito: sí se puede mentir; cuando los maestros piden a sus estudiantes que sean puntuales pero siempre llegan tarde, el mensaje paralelo es: bueno… no siempre hay que ser puntual; cuando se emiten leyes, reglamentos y normas para que la vida colectiva transcurra en orden y con respeto, pero los vigilantes sí citan a unos y a otros no, los trámites de unos avanzan lentamente y los de otros muy rápido, el mensaje implícito es: la ley no es igual para todos; cuando los políticos prometen honestidad en el manejo de los fondos públicos y no lo cumplen, el mensaje paralelo es: sí se puede robar lo que es de todos.

Es que lo que educa no es solo lo que se dice sino, fundamentalmente, lo que se es. Ese es el reto para los profesionales de la educación y para todos, si estamos conscientes de la influencia que en la formación de niños y jóvenes tiene su entorno social. De manera que cuando reconocemos que en nuestro país la educación no está bien, debe quedar claro que estamos diciendo que la sociedad no está bien y que la tarea de mejorar la educación es tarea de todos. Por eso, es importante que los padres y la sociedad civil en general consideren que es su responsabilidad, unida al esfuerzo del Estado, la que hará de nuestros niños y jóvenes ciudadanos libres, honestos, participativos, creativos, críticos, responsables. (O)