La forma en que se produjo el atentado de Nueva Zelanda y sus motivos aparentes parecen llevar la marca del ultraderechista noruego Anders Behring Breivik, encarcelado en su país por el asesinato de 77 personas en 2011.

Una matanza cometida con un arma de fuego, víctimas que simbolizan el multiculturalismo, un ‘manifiesto’ que pretende justificar la masacre en nombre de una ideología, inscripciones en las armas... La matanza de Christchurch, en la que al menos 49 personas murieron en el ataque contra dos mezquitas, comporta grandes similitudes con los atentados perpetrados ocho años antes por Breivik.

En un documento de 73 páginas publicado en Twitter, el autor del atentado de Christchurch –un “violento terrorista de extrema derecha” australiano, según el primer ministro australiano Scott Morrison– afirma que “se inspiró realmente en el Caballero Justiciero Breivik”.

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Breivik mató a 77 personas haciendo explotar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo, y disparando después contra la multitud en un campamento de las Juventudes del Partido Laborista.

El extremista, de 40 años, también propagó un ‘manifiesto’ de más de 1.500 páginas y llamó a seguir su ejemplo.

Para Tore Bjørgo, director del Centro de Investigación sobre el Extremismo de la Universidad de Oslo, “hay claramente muchas de las mismas ideas detrás” de las dos tragedias.

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“La idea que la civilización europea está amenazada por la inmigración en general y la inmigración musulmana en particular, y que es legítimo recurrir a la violencia extrema para detener esto”, explica.

“En el manifiesto hay indicaciones bastante precisas de que nos enfrentamos a un supremacista blanco”, señala Jean-Yves Camus, especialista francés de los movimientos de extrema derecha.

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Breivik, que se hace llamar ahora Fjotolf Hansen y que cumple una pena de 21 años susceptibles de prolongarse indefinidamente, se encuentra recluido en aislamiento.

Los ataques del noruego ya motivaron a otros extremistas. El 22 de julio de 2016, un joven inestable psicológicamente, del que se dijo estaba obsesionado con Breivik, mató a nueve personas en Múnich, antes de suicidarse.

El responsable de al menos uno de los ataques a dos mezquitas de Nueva Zelanda trató de dejar en claro algunas cosas: es un australiano de 28 años, nacionalista blanco que odia a los inmigrantes.

El agresor –que no fue identificado de inmediato por la Policía– dejó un documento de 74 páginas publicado en las redes sociales bajo el nombre Brenton Tarrant, en el que dijo que esperaba sobrevivir el ataque para propagar mejor sus ideas en los medios.

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Él también transmitió en vivo su ataque vía streaming, mostrando los detalles explícitos del horror vivido en la mezquita Al Noor, en Christchurch.

El agresor, que creció en una familia de clase trabajadora y fue un estudiante mediocre, escribió que un ataque en Nueva Zelanda demostraría que ningún lugar del mundo está a salvo y que los países más remotos se ven afectados por migraciones masivas. (I)