En medio de un mar de banderas y gritos, decenas de miles de manifestantes se lanzaron a las calles del este de Caracas para tratar de quebrar el respaldo de los militares a la decisión de Nicolás Maduro de no permitir la entrada de ayuda humanitaria al país.

“Aquí vamos a seguir hasta lograr la libertad de Venezuela”, dijo el jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, al asegurar ante la multitud que seguirá en las calles hasta conseguir el cese de la ‘usurpación’ del Ejecutivo por parte de Maduro. “El usurpador va a tener que irse, sí o sí”.

Guaidó, quien se declaró presidente encargado de Venezuela en enero y ha sido reconocido por unas 50 naciones, anunció que a partir del 23 de febrero comenzará a ingresar la ayuda al país y que durante el próximo fin de semana se realizarán asambleas de voluntarios para definir el proceso de ingreso de insumos que también se acopian en la población brasileña de Roraima.

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El dirigente no precisó cómo entraría el apoyo y solo adelantó que de ser necesario irán en caravanas y en movilizaciones.

Sin revelar el cargo que ocupa, Francisco Hernández, un empleado público de 57 años, rompió el miedo que domina a muchos de sus colegas del sector estatal y marchó para exigir un cambio de Gobierno en Venezuela. “No podemos soportar esto más, estamos cansados de tanta miseria, de tanto atraso, de tanto atropello al pueblo venezolano. Es la hora de la libertad”, dijo.

Sosteniendo con el brazo izquierdo una pequeña estatua color marfil de la Virgen del Valle, María Vallera relató que decidió caminar más de 30 kilómetros desde su casa en la populosa barriada pobre de Petare, en el este de la ciudad, para lograr que “cambie esta pesadilla”. “Estamos viviendo en el hambre, la miseria y la escasez”, dijo y contó que la pensión de unos cinco dólares que recibe no “sirve para sobrevivir”.

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“En los 75 años que tengo de vida, incluidos los años de dictadura que viví en mi juventud, nunca había vivido una pesadilla como esta”, afirmó la mujer en la manifestación.

La protesta opositora coincidió con una marcha que convocó el Gobierno en el centro de Caracas para conmemorar el Día de la Juventud, adonde acudieron miles de empleados públicos y seguidores de Maduro.

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“Que los tambores de guerra se alejen y las amenazas de invasión militar se alejen”, afirmó Maduro.

En Cúcuta, Colombia, donde la ayuda humanitaria es acumulada, docenas de personas exigían que se abra el paso que fue cerrado por las autoridades venezolanas. “No es justo que Nicolás Maduro no acepta esa ayuda”, expresó Mayerly Prada, quien salió de Venezuela después de que su hijo de 2 años sufriera una erupción extraña por la que no pudo recibir tratamiento en Venezuela. (I)