Venezuela empieza hoy una nueva encrucijada con la juramentación de Nicolás Maduro para cumplir un segundo mandato como presidente. Sin embargo, 12 países de la región, EE.UU., Canadá y la Unión Europea no lo reconocerán.

A excepción de México, el Grupo de Lima, integrado por 14 países americanos, instó al mandatario socialista a no posesionarse y transferir el poder al Parlamento para que esta llame a elecciones, lo que Caracas consideró una incitación a un golpe de Estado.

“Es una toma de posición pragmática para presionar dentro del ámbito del derecho internacional al señor Maduro a fin de ver si cambia sus políticas y restablece la democracia en Venezuela... Ahora, yo creo que Maduro no va a tomar en consideración ese pronunciamiento”, dice el excanciller ecuatoriano José Ayala Lasso, quien agrega que se avizoran días más duros para la democracia en Venezuela y espera que Ecuador haga una evaluación adecuada de esta situación y se resuelva a tomar una actitud clara en defensa de la democracia y en cumplimiento de los compromisos de la carta democrática interamericana.

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“No creo que haya ruptura masiva de relaciones, sino una degradación importante del nivel” de esos nexos, opinó en tanto el internacionalista Mariano de Alba, coincidiendo con Peter Hakim, de Diálogo Interamericano, quien espera discursos y no acciones de “impacto serio”.

Aún así los expertos auguran una mayor presión internacional, ante lo cual Caracas se acercó más a sus aliados: Rusia, China, Irán, Turquía y Corea del Norte. De entrada, la OEA tendrá sesión extraordinaria sobre Venezuela hoy, según la AFP.

Respecto a la denuncia contra el régimen venezolano hecha por varios países ante la Corte Internacional de Justicia por crímenes de lesa humanidad, a Ayala le parece pertinente que se la tramite para que una medida a ese nivel político y jurídico pueda ejercer un efecto positivo.

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Al clima internacional adverso se suma la desesperanza y malestar de quienes culpan al mandatario de la ruina económica del país. Según el FMI, la economía, que se redujo a la mitad durante el gobierno de Maduro, se contraerá 5% más en 2019, y la hiperinflación alcanzará 10’000.000%.

“La situación es inestable desde el punto de vista de los precios... con una contracción que puede rondar el 20%. Una situación inédita con una hiperinflación y una producción petrolera con niveles históricamente bajos y una economía que está totalmente colapsada. Maduro es incapaz de resolver esta crisis económica porque esta es consecuencia de la crisis política”, opina Ángel Alvarado, miembro de la opositora Asamblea Nacional (AN), que no puede aplicar sus decisiones porque el oficialismo “le quitó su poder ilegalmente” y no tiene presupuesto desde 2016.

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“La situación va a ser más difícil para todos, para el pueblo, para el estado e incluso para los que apoyan a Maduro”, añade Alvarado, quien también cree que desde hoy Venezuela “se va a convertir en una dictadura más abierta, con menos apoyo internacional, más alejada de la legalidad... (Maduro) Puede decidir ir por una vía más violenta, de más persecución y alejarse todavía más de lo que dice la Constitución y el Estado de derecho”.

El presidente de la AN, Juan Guaidó, anunció que recuperarán la legalidad buscando reconocimiento internacional a las instituciones legítimas.

Para el politólogo Luis Salamanca, la oposición –acusada por Maduro de intentar matarlo el año pasado– primero debe reconstruirse, aprender a luchar en un escenario “sin GPS constitucional” y evitar medidas inaplicables que generen frustración. (I)