El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entró en campaña para que los candidatos de su partido (Republicano) logren la victoria en las elecciones legislativas y estatales de noviembre.

Para ello, el mandatario ha hecho eco de las divisiones del partido Demócrata, que han resultado en el surgimiento de nuevos candidatos con una línea de centro izquierda en este tienda política a los que llama ‘socialistas radicales’ y ‘fanáticos’. Incluso expresó que los demócratas quieren “dar servicios sociales y sanidad a los extranjeros ilegales, pagado por los estadounidenses (...) van a quebrar la red de seguridad social de los americanos por la inmigración sin control”.

También llegó a decir, sin sustento, que no permitirá que Estados Unidos se convierta en Venezuela, según El País.

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Trump se juega la gobernabilidad en esta elección, en la que se renovará la cámara baja del Congreso, un tercio del senado y se escogerá a los gobernadores de 39 estados.

Con el fin de ayudar a su partido, Trump ha estado visitando los estados donde más apoyo necesitan los candidatos republicanos, como Nevada. “Si tenemos más republicanos (en el Congreso) conseguiremos todo lo que queramos”, indicó el presidente en un mitin en la ciudad de Las Vegas, donde pidió votar por Dean Heller para que mantenga su curul en el Senado.

Tal vez la mayor estrella de la nueva tendencia de los demócratas es Alexandria Ocasio, que contra todo pronóstico se convirtió en la candidata del partido en Nueva York. Ella se ha catalogado como una demócrata socialista, provocando polémica en un país en el que el termino ‘socialismo’ causa alarmas e insultos, además de ser poco usado por los políticos, incluso los que son de tendencia progresista. Ahora ella y otros candidatos de su partido quieren cambiar eso.

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Sin embargo, este ‘socialismo’ no lo es en su sentido clásico o como se lo entiende en Latinoamérica. Es decir, sin intervención estatal en la economía o en control del mercado, pero sí de nuevas políticas públicas en educación o salud, de acuerdo con la explicación de un analista a la radio Uchile. Algo más parecido a la socialdemocracia europea.

La tendencia empezó a tomar fuerza en 2016 con el precandidato demócrata Bernie Sanders, quien perdió contra Hillary Clinton, que a su vez fue derrotada por Trump.

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En tanto, el presidente estadounidense continúa con su política dura contra China. País al que sancionará financieramente por comprar armamento a Rusia (aviones cazas y misiles), atizando la tensión en un contexto de guerra comercial, según AFP. (I)