El organismo ejecutivo del Partido de los Trabajadores de Brasil decidió el martes que Fernando Haddad será su candidato para la elección presidencial del mes próximo, en reemplazo del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, dijo a Reuters una fuente del PT.

La fuente pidió reserva de su identidad porque todavía no se hace pública la decisión.

A Lula no se le permitió competir porque está cumpliendo una pena de cárcel por cargos de corrupción.

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Según una encuesta publicada el lunes, el apoyo a Haddad, exalcalde de Sao Paulo, subió a 9 por ciento desde el 4 por ciento que obtuvo en un sondeo el mes pasado, con lo que quedaría en tercer lugar en los comicios del 7 de octubre.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidó el 1º de septiembre la candidatura de Lula, de 72 años, a causa de su situación judicial, y emplazó al PT a designarle un reemplazante antes de este martes a las 19H00 locales (22H00 GMT), so pena de quedar excluido de los comicios del 7 de octubre.

Haddad, exalcalde de Sao Paulo, de 55 años, mantuvo el lunes varias reuniones con Lula y este martes por la mañana volvió a visitarlo.

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En prisión

Los abogados del exmandatario (2003-2010) y el PT presentaron sin éxito varios recursos para extender el plazo hasta el 17 de septiembre. También alegaron en vano la necesidad de acatar un pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos de la ONU para que Lula pueda ser candidato y hacer campaña desde la cárcel.

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Lula, identificado con los programas sociales que durante sus dos gobiernos permitieron sacar de la pobreza extrema a millones de brasileños, era el gran favorito en los sondeos. Su intención de voto subió incluso después de ser condenado como propietario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una gran constructora a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.

El exlíder sindical, objeto de otros cinco procesos, se declara inocente en todos y denuncia un acoso judicial y mediático para impedir que el PT vuelva al poder.

El PT ganó las últimas cuatro elecciones presidenciales, dos con Lula (2002 y 2006) y dos con su heredera política, Dilma Rousseff (2010 y 2014), destituida en 2016 por el Congreso, bajo la acusación de manipular las cuentas públicas. Fue sustituida por su vice conservador, Michel Temer, acusado de "golpista" por el PT. (I)