Mario Abdo Benítez es desde ayer el rostro dominante del centenario Partido Colorado de Paraguay y del modelo conservador de la formación tras convertirse el pasado domingo en el nuevo presidente electo, cúspide de una carrera política a la que llega con 46 años.

Abdo Benítez venció a quien era su mayor obstáculo para auparse a la Presidencia, el liberal Efraín Alegre, de la alianza de oposición Ganar, con una corta diferencia de 3,7 puntos de ventaja en las elecciones, que tuvieron una participación de 61,40% de los 4,2 millones de votantes. Se decidía también la composición del nuevo Congreso –que aún no se define totalmente– y los gobernadores de los 17 departamentos.

“Hay una diferencia de tres puntos, lo que significa que la gente está buscando un cambio. Ese cambio somos la Alianza”, aseveró Leo Rubín, compañero de fórmula de Alegre, al conocer los resultados.

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“La diferencia con la que ganó Abdo Benítez puede causarle problemas de gobernabilidad. El partido Colorado tiene que replantearse”, comentó la analista Ati Snead.

Abdo, que asumirá su mandato el 15 de agosto, es junto a Nicanor Duarte (2003-2008) el presidente electo más joven de  Paraguay  tras la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Además es el séptimo mandatario del Partido Colorado en 28 años de democracia. Con un intervalo de dos presidentes de otros partidos, Fernando Lugo (2008-2012), del izquierdista Frente Guasu, y Federico Franco (2012-2013), del Partido Liberal.

Su victoria alza al Ejecutivo a quien se crio en el seno del coloradismo y cuyo padre fue secretario privado de Stroessner durante la dictadura, un periodo que no vivió de lleno, pero que según sus detractores no ha condenado con firmeza.

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A los 16 años se fue a Estados Unidos a estudiar marketing en la universidad Teikyo Post University, en el estado de Connecticut, para a su vuelta, tras la caída de Stroessner, formarse como subteniente reservista de la Fuerza Aérea y paracaidista militar. En 2013 entró en la primera línea de la política como senador en las elecciones de ese año, las que llevaron a la Presidencia a Horacio Cartes.

Desde entonces ha ido construyendo su propia figura bajo el nombre de Marito, como se lo conoce tanto en lo político como entre la ciudadanía.

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Una figura que se ha ido perfilando como independiente dentro del partido al formar el movimiento “Colorado Añeteté” (Colorado Auténtico, en idioma guaraní), considerado la facción disidente de la formación en la pasada legislatura.

Prometió en su campaña aumentar la inversión en los precarios sistemas de salud y educación y hacer frente a una corrupción que hace tambalear la institucionalidad del país y alerta a la inversión extranjera. Sobre ese plan, que pasa por una reforma constitucional, con la mejora del desacreditado Poder Judicial en el punto de mira, Abdo Benítez se ha comprometido a continuar con los proyectos de inversión desarrollados durante el gobierno de Cartes, en concreto las infraestructuras, donde  Paraguay  se sitúa por detrás de Haití.

Todo, dentro de una ideología conservadora y contraria a la ideología de género o unión civil igualitaria que, por otra parte, es dominante en la sociedad paraguaya.

Deuda social
Paraguay muestra buenos resultados en los índices macroeconómicos, con un crecimiento promedio de 4% anual desde hace más de una década, apoyado fundamentalmente en las exportaciones agrícolas. Sin embargo, el saliente presidente Horacio Cartes reconoció que deja una “deuda social”. “No se concibe que con toda la riqueza que tenemos y siendo siete millones de habitantes tengamos la pobreza que tenemos”, ha dicho Cartes.

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15 de agosto será la fecha en que asuma oficialmente el cargo. (I)