Tras los escándolos por la red de sobornos pagados por la constructora Odebrecht en doce países, y de emprender un plan riguroso contra prácticas antiéticas del pasado, esta firma brasileña vuelve a hacerse de contratos en su país.

Su portal y un comunicado del 29 de marzo anuncian que firmó un contrato con la compañía Furnas, subsidiaria del grupo Eletrobras que controla gran parte de la generación de energía en Brasil, para modernizar la central termoeléctrica de Santa Cruz, Río de Janeiro.

El presupuesto es cercano a los $ 174 millones. Odebrecht ganó la licitación a fines del 2017. El contrato con Furnas es el primero firmado con un cliente público brasileño desde finales del 2016, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló el informe del mayor caso de sobornos en la historia y que sigue causando bajas en gobiernos; la más reciente es la renuncia del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski.

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“Aplicamos un proceso de transformación significativo desde que asumimos nuestro compromiso de colaboración con las autoridades, que se inició en diciembre del 2016 firmando acuerdos con Brasil, EE.UU. y Suiza; ese fue el primer gran paso”, señala Fabio Januário, CEO de Odebrecht Ingeniería y Construcción.

Eso se complementó con una nueva agenda de gobernanza y la ejecución de un Sistema de Conformidad para evitar que se repitan prácticas ilícitas dentro de la compañía, agrega.

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Kuczynski es el primer presidente que cae por la red de corrupción de Odebrecht. En Perú están presos el expresidente Ollanta Humala y su esposa; el exmandatario Alejandro Toledo, prófugo en EE.UU., tiene orden de captura. Alan García es investigado. En Ecuador el exvicepresidente Jorge Glas está detenido y condenado a seis años por un caso relacionado, perdió su cargo. En Brasil se investiga al expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva. (I)