En el 2007, Sandra tomó una silla de ruedas, circuló por la ciudad hasta al parque. Hizo varios intentos por llegar a sus sitios preferidos, pero no lo logró. Había obstáculos que lo impedían. Luego se tapó los ojos y caminó por las aceras. Tuvo grandes dificultades; se tapó los oídos y pedía a la gente que le hablara más alto, pero igual no entendía lo que decían. Todo esto fue una dura experiencia.