Al llegar al cantón amazónico Zamora, además de los hermosos paisajes, los turistas pueden disfrutar de un plato muy apetecido: las ancas de rana.

En Zamora no hay un ciudadano que no haya probado este delicioso plato. Grandes y pequeños no han desaprovechado la oportunidad de saborearlo alguna vez; todos concuerdan en que es exquisito y que incluso sabe a pollo, pero es más suave su carne, señala una nota de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME).

A los chefs no les toma más de quince minutos en preparar el plato. No solo ofrecen ancas de rana brosterizadas, hoy en día ya son varios platos que elaboran a base de la carne de este anfibio, entre ellos rana al ajillo, rana crujiente y sopa de rana, la cual muy pocos pueden elaborarla, según la AME.

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Los costos de cada plato no superan los 12 dólares. En Zamora pocos lugares preparan este plato, como las hosterías El Arenal y Castillo Real, afirma.

Ranarios

Para que los zamoranos y turistas puedan disfrutar de este plato, las ranas pasan por un proceso largo.

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En el barrio de Piuntza, de la parroquia Guadalupe del cantón Zamora, existen los ranarios, es decir, los criaderos de ranas, negocio emprendido por un grupo de ciudadanos que conformaron la Asociación de Productores Agropecuarios Piuntza-Nankais.

En Piuntza la mayor parte de su gente se dedica a criar ranas, puesto que se han integrado a las asociaciones.

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Con el nacimiento de la asociación, hace 30 años, se ideó el negocio de criar ranas, donde más de 35 personas se encargan de cuidar, alimentar y vender estos anfibios, los cuales han llegado a comercializarse en el exterior y son muy apetecidos por los extranjeros.

En esta asociación y otras haciendas no solo crían las ranas, también tienen tilapias, las cuales constituyen una fortaleza para la gastronomía oriental.

Pero las ranas pasan por un largo proceso, ‘los reproductores’ quienes se encargan de procrear nuevos anfibios, siempre se encuentran en piscinas separadas, al procrearse los renacuajos son separados y puestos en una especie de fosa, mientras van evolucionando, estos pasan a celdas y luego a galpones dividido en cubículos, donde se encuentran cientos de estas ranas separadas por sus edades y peso.

En este proceso, las ranas hasta que toman el peso ideal se tardan entre cuatro y cinco meses. Cuando están listas para la venta son trasladadas a las piscinas principales para la exhibición y comercialización.

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Alba Vera Pucha, trabajadora de una de las haciendas piscícolas de Piuntza, señala que las ranas son enviadas en su mayoría al extranjero, mientras que un porcentaje inferior son comercializadas en Ecuador.

Asegura que la venta en el país puede ser por libras o vivas, en Zamora los compradores las adquieren faenadas.

Los trabajadores del ranario se encargan de entregar lista y limpia la carne de la rana, ellos con su experiencia dominan la técnica específica para sacrificarlas. Ellos aseguran que esta labor se convirtió en un estilo de vida, más que en un trabajo, cada uno conoce las funciones que deben cumplir y las realizan sin contratiempos. (I)