Con un stand propio y reclamos como la devastada Alepo, Damasco y la costa, Siria se está vendiendo como destino turístico en Fitur, la gran feria anual del sector celebrada esta semana en Madrid.

Por primera vez, el país, en guerra desde 2011, acudió al salón con un stand en el que pueden verse fotos de los destinos propuestos.

Entre ellos Alepo, que pese a verse arrasado por cuatro años de combates aparece en la instantánea con apenas unas viviendas destruidas en primer plano, o las ruinas grecorromanas de Palmira, recuperadas por el régimen en marzo de 2017 después de que el grupo yihadista Estado Islámico las destruyera parcialmente.

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"Este año es el momento de reconstruir Siria y nuestra economía", afirma a la AFP Bassam Barsik, director de marketing en el ministerio de Turismo de Siria.

Barsik asegura que el pasado año 1,3 millones de visitantes internacionales viajaron al país, una cifra que no obstante incluye a quienes vienen del vecino Líbano a pasar el día.

El país está devastado por casi siete años de conflicto, pero "en 2017, el ejército ya controlaba la mayor parte del país, lo cual fue de una gran ayuda para promocionar Siria en el extranjero y atraer de nuevo a grupos turísticos", añadió Barsik.

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Según el funcionario, el objetivo este año es "alcanzar los dos millones de visitantes", promoviendo el turismo a destinos religiosos como Sednaya y Malula, donde todavía se habla arameo, la lengua de Jesucristo, o al Krak de los Caballeros, un imponente castillo de los Cruzados también dañado por bombardeos durante la contienda civil.

El objetivo del stand es transmitir una imagen de normalidad, más allá de los más de 340.000 muertos de la guerra, los millones de desplazados y las atrocidades atribuidas a los distintos grupos rebeldes y al régimen de Asad, acusado de bombardear a la población civil con barriles de explosivos durante la batalla de Alepo, que terminó ganando en diciembre de 2016.

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"Damasco es un destino seguro, así como Tartus, Latakia (en la costa) o el Krak de los caballeros", apunta Bassam Barsik, quien espera que continúe la mejoría del turismo observada en los países vecinos, y que eso atraiga a más visitantes a Siria. (I)