La analogía la hizo el entonces presidente Rafael Correa en enero del 2017. En uno de sus enlaces, desde España, decía que “en lo posible vamos a dejar la mesa servida al Gobierno que venga para que pueda gobernar de mejor manera...”. Seis meses después, su sucesor en Alianza PAIS y en la Presidencia, Lenín Moreno, reconoce que “no hay tal mesa servida”, que la situación económica es complicada y que se pudo ser más mesurados en el gasto.