La primera ministra británica Theresa May ordenó una investigación pública del incendio en una torre de apartamentos en Londres que causó al menos 17 muertes, en medio de preocupaciones crecientes de que lo mismo suceda en edificios de viviendas alrededor del país.

May insistió en descubrir la causa exacta del incendio y cómo se propagó tan rápidamente hasta abarcar en menos de una hora todo un edificio donde vivían hasta 600 personas.

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La reina Isabel dijo que sus pensamientos y oraciones son para las familias que perdieron a seres queridos y con los varios heridos de gravedad que aún están hospitalizados. También rindió homenaje a la valentía de los bomberos que arriesgaron sus vidas para salvar a otros.

No hay número de desaparecidos

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Los bomberos londinenses, muchos de ellos traumatizados por lo que vieron, seguían buscando víctimas. Familias enteras están desaparecidas y se da por seguro que la cifra de víctimas aumentará. La torre es tan grande que todavía no hay una cifra definitiva de desaparecidos.

Además, 74 personas sufrieron lesiones, 37 de ellas están hospitalizadas y 17 en estado crítico.

La jefa de bomberos Dany Cotton dijo que sería un “milagro” hallar a alguien con vida.

Dada la inseguridad en el edificio de 24 pisos, ingenieros estructurales colaboran con los bomberos para apuntalarlo y poder completar una búsqueda “milimétrica” en el inmueble, dijo Cotton.

Muchos saltaron desesperados

El fuego obligó a los vecinos a huir en medio de un humo espeso por la única escalera, saltar por las ventanas o incluso lanzar a sus hijos por ellas para alejarlos de las llamas.

Algunos vecinos arrojaron a un bebé y otros niños por las ventanas, y según testigos varios adultos también saltaron.

“Hablé con uno de mis bomberos que estaba muy cerca cuando alguien saltó por la ventana. Estaba llorando, y es un bombero profesional”, dijo Cotton a Sky News. “Nos gusta pensar que somos ‘rudos y duros’ y héroes _sí, son héroes_, pero tienen sentimientos y estaban absolutamente horrorizados por los sucesos de ayer”.

Los vecinos habían denunciado en numerosas ocasiones que el edificio no estaba preparado para un incendio, y la velocidad a la que se propagó el fuego ha sido relacionada con un revestimiento instalado en una renovación en 2016 y que pudo haber actuado como una chimenea.

Además, el interior del revestimiento es de plástico, inflamable.

En medio del Londres rico

Más de 200 bomberos trabajaron durante toda la noche, y algunas zonas del edificio seguían considerándose inseguras. Una vez despejado el humo, los vecinos del barrio trabajador y multiétnico de North Kensington sólo podían mirar con estupor la estructura calcinada.

Los sobrevivientes narraron sus frenéticos intentos de escapar del incendio en plena noche.

Unas 800 personas, la mayoría inmigrantes muy humildes, vivían en la Torre Grenfell, construida en 1974 en una sección obrera del riquisimo distrito de Kensington y Chelsea, a escasa distancia del barrio bohemio y animado de Notting Hill.

La remodelación de hace un año, que costó 8,7 millones de libras (9,8 de euros, 10,9 de dólares) incluyó nuevas ventanas y sistema de calefacción.

Las donaciones de alimentos, ropa, zapatos y otros objetos eran tan numerosas que algunas iglesias y mezquitas empezaron a rechazar nuevas donaciones. (I)