“Me siento bien, desde mi casa he venido a bañarme al mar y voy contento”, dijo emocionado Pedro Florencio Del Pezo, quien ingresó al mar luego de doce años. Un quebranto en su salud lo dejó en una silla de ruedas y desde entonces no había sentido la arena ni el mar.

Él fue el primero en hacer uso de una caminera de inclusión en Salinas, Santa Elena, que permite el llamado acceso seguro a la playa. Esta obra fue entregada el 26 de febrero último. De ahí, decenas de ciudadanos la utilizan a diario, sobre todo los fines de semana, cuando llegan más turistas.

El acceso de madera y con señalización está ubicado en el sector Las Palmeras. La obra tiene aproximadamente 120 metros de longitud y casi 1 metro de ancho.

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Según las autoridades, fue financiada por la empresa privada La Fabril, en coordinación con el Municipio de Salinas, que ejecutan un proyecto inclusivo. La primera fase era el acceso y la segunda, que la asume el Cabildo, consiste en la compra de sillas anfibias, que son ayudas técnicas especiales para que personas con discapacidad puedan ingresar al mar.

“La idea es devolverle esa emoción a la persona con discapacidad y que pueda disfrutar con la familia”, dijo Daniel Cisneros, alcalde.

Agregó que está prevista la adquisición de sillas anfibias, que deben importarse. Según él, se espera poner en servicio al menos dos de estos equipos.

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El funcionario también anotó que en este proyecto se contempla la construcción de un área de sombra (elaborada con materiales rústicos) para que los bañistas con discapacidad puedan protegerse del sol.

“Es una buena acción. Tengo un familiar que anhela volver al mar siempre, pero, a veces, nosotros teníamos que cargarlo porque la silla se quedaba en la arena”, expresó Lourdes Roca, habitante de Salinas. (I)