El vertido de 410.000 galones de crudo en aguas que desembocan al océano Pacífico y que fue provocado por las FARC el pasado lunes en el municipio de Tumaco (suroeste) posiblemente es para el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, "el daño ambiental más grave en la historia del país".

Sus declaraciones fueron publicadas este domingo por el diario El Tiempo de Bogotá, en una entrevista en la que el mandatario calificó el daño de "inconmensurable".

En la entrevista, el presidente dijo que es "prácticamente imposible" medir el alcance del daño registrado en Tumaco, un municipio del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, donde al menos 160.000 personas, según cifras oficiales, sufren graves restricciones de agua tras la contaminación de los ríos que causó el vertido. 

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El derrame se produjo cuando guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atentaron contra el Oleoducto Transandino, lo que causó el derrame de 410.000 galones de crudo en la quebrada Pianulpí, que surte al río Guisa, y este a su vez al río Mira que alimenta el acueducto de Tumaco.

En el siguiente mapa consta un registro satelital del lugar donde ocurrió el atentado del pasado lunes y que produjo la rotura de la tubería y el derrame de crudo en la quebrada Pianulpí. A su vez, un recorrido de 54 km hasta el Oleoducto Transandino, en la localidad San Andrés de Tumaco.

Acciones estatales para asistir a la comunidad

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El Gobierno colombiano envía camiones cisterna con agua al Municipio. En tanto, Estados Unidos y Ecuador también brindan apoyo técnico para responder a la emergencia hasta que vuelva el suministro de agua, algo que Santos espera conseguir en un tiempo máximo de 45 días.

Mientras, el Ministerio colombiano de Medio Ambiente y la petrolera estatal Ecopetrol "han desplegado todos sus recursos para tratar de contener al máximo posible el daño ambiental", aseguró el presidente, quien enfatizó que por la dimensión de la afectación "quizás nunca se pueda reparar totalmente" el perjuicio causado.

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Santos, que calificó esta semana de "cínicas" a las FARC por elogiar la encíclica del papa Francisco sobre el cuidado del medio ambiente y provocar derrames de crudo al mismo tiempo, respondió de nuevo duramente a la guerrilla, que dijo que la contaminación en Tumaco son daños "no deseados", consecuencia del conflicto armado.

"Verter petróleo en los ríos no es un acto de guerra, es un acto de barbarie. Dejar sin agua, sin luz, sin sustento a miles de campesinos y pescadores no es un acto de guerra, es un acto de indolencia", subrayó el presidente. (I)