El mecanismo no es complejo: te digo que el precio de una acción que yo compré barato va a subir (pump); te convenzo de que es una buena idea invertir y eso infla la cotización; y vendo todas mis acciones (dump).

YouTube, TikTok, Instagram, Reddit, Twitter, Telegram, Facebook… cualquier plataforma vale para quienes te quieren convencer de comprar acciones de empresas de dudoso futuro.

El que lo hace, por iniciativa propia pero a veces incluso pagado por una empresa, siempre elige compañías con una capitalización de mercado relativamente pequeña y cuyas acciones no valen casi nada (conocidas en la jerga bursátil como penny stocks): así son más los incautos que ponen su dinero y la subida de la cotización es más dramática.

Los que compran estas acciones cuyo valor fue manipulado, evidentemente, se arriesgan a perder mucho: y es que acaban chocando con la realidad de que, cuando el “influencer” ya vendió y el precio empieza a caer, no hay inversores a los que endosar unos títulos a unos precios tan inflados.

Y con la proliferación de apps para que cualquiera pueda invertir en bolsa sin pagar comisiones y de “gurús” de las finanzas en redes sociales, es cada vez más fácil poner en marcha el pump-and-dump

Hay "influencers" que no ocultan que lo que están haciendo es "pump-and-dump" y llaman a otros a unirse a su esquema.

“Es muy difícil demostrar que hubo un esfuerzo concertado con la intención de engañar”, le dice a BBC Mundo Eric Chaffee, profesor de Derecho de la Universidad de Toledo, en Ohio, Estados Unidos, quien se especializa en la regulación de los mercados de valores.

“Las redes sociales son un motivo de gran preocupación”, señala Chaffee. Especialmente porque “internet facilita el anonimato”.

Prácticas como el pump-and dump hacen que se pierda la confianza en el sistema bursátil y eventualmente “podrían llegar a generar un desplome de los mercados”.

“Es una megatendencia”

Las redes sociales están llenas de amateurs diciéndote dónde invertir tu dinero. Pero dar consejos financieros está sujeto a normativas que varían según cada país.

Lo común es que el “experto” debe tener una certificación para aconsejar la compra o venta de títulos. Y en Estados Unidos, si haces una recomendación, debes clarificar si te han pagado por dar ese consejo.

Es por eso que muchos gurús financieros en redes siempre usan la advertencia de que su contenido no es una recomendación de inversión sino “exclusivamente entretenimiento”.

Y algunos abiertamente dicen que buscan un pump-and-dump y llaman a otros a coordinar esfuerzos para inflar artificialmente la cotización de una empresa.

Algo parecido a lo que sucedió en GameStop, aunque en ese caso los que “bombeaban” el precio de esa empresa a través de la red social Reddit buscaban abiertamente atrapar a los grandes fondos que habían vendido en corto.

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Este tipo de prácticas han despertado la furia de quienes intentan informar sobre cómo funcionan los mercados financieros, sin recomendar la compra de determinadas acciones.

“El pump-and-dump entre los inversores minoristas no es solo una tendencia… es francamente una megatendencia”, advierte Andrei Polgar, fundador del canal de YouTube One Minute Economics y autor de libros como “The Age of Anomaly”.

“Desde influencers como Dave Portnoy hasta grupos en Reddit como Wallstreetbets, se ha construido toda una cultura que promueve inversiones dudosas”, dice en diálogo con BBC Mundo.

Polgar argumenta que las prácticas ultraespeculativas son el síntoma de un problema mucho mayor: que desde la Gran Recesión los dueños de activos se han vuelto cada vez más ricos y las personas comunes no.

Como ahora estamos en medio de una gran crisis económica vinculada a la pandemia de covid-19, "la especulación temeraria se ha exacerbado", advierte advierte Andrei Polgar. Foto: GETTY IMAGES

Por supuesto, aunque muchos lo hacen para beneficio personal, otros hablan de finanzas con intenciones honestas y buscan simplemente divulgar y educar.

¿Tienes cómo saber cuál es el youtuber honesto y cuál es el que te está engañando para que compres una acción cuyo precio fue bombeado? En realidad, no.

Aunque sí cabe preguntarse por qué quienes caen en esto son los novatos y no los inversores expertos.

La razón es clara: lo profesionales cumplen con ciertas normas de diligencia mínima y antes de comprar estudian a fondo el perfil de la empresa, tanto sus fundamentos económicos como la evolución de los precios en los gráficos.

No se dejan guiar a ciegas por la recomendación de un supuesto “trader” que con promesas de dinero fácil te convence de que estás ante la gran oportunidad de tu vida para hacerte rico.

El cripto “pump-and-dump”

El mundo de las criptomonedas se ha convertido en un paraíso para los “bombeadores” de precios a través de redes sociales que incitan a incautos a invertir su dinero.

Así lo señala una investigación académica, publicada en noviembre del año pasado, que detectó 355 casos de “pump-and-dump” en un período de apenas siete meses, generando millonarias ganancias para sus organizadores.

“Los mercados de criptomonedas están plagados de manipulaciones pump-and-dump”, comenta uno de los autores del estudio, Anirudh Dhawan, investigador de la Universidad de Tecnología de Sídney, Australia, en diálogo con BBC Mundo.

"Todos los casos de que estudiamos de 'pump-and-dump' fueron organizados a través de grupos de chat en la red social Telegram", explica Anirudh Dhawan. Foto: GETTY IMAGES

“Todos los casos que estudiamos de ‘pump-and-dump’ fueron organizados a través de grupos de chat en la red social Telegram”, explica.

Y agrega que, a diferencia de lo que pasa en los mercados bursátiles, la estrategia de manipulación con criptomonedas declara abiertamente su intención de aumentar el precio de una divisa.

En el camino descubrieron cómo el exceso de confianza y la inclinación a hacer apuestas pueden explicar la participación de las personas en este tipo de esquemas.

Detectaron distorsiones de precios en un promedio de 65%, volúmenes de negociación anormales en millones de dólares y grandes transferencias de fondos entre los participantes.

Y es probable que estos esquemas de manipulación persistan, apunta el economista, mientras los reguladores sigan “haciendo la vista gorda”.