Los venenos han sido un elemento recurrente en los cuentos de hadas y la mitología, usados a menudo como instrumentos de maldad, envidia o engaño. Un ejemplo clásico es la muerte de Hércules, causada por una túnica envenenada con la sangre de un centauro. También aparecen en los relatos de los hermanos Grimm, donde los venenos se utilizan para infligir daño o resolver conflictos de manera violenta, como en Blancanieves, donde la madrastra intenta matarla con una manzana envenenada.