La primera visita al veterinario con una nueva mascota debería prepararse bien e intentar que se desarrolle lo más relajadamente posible. De esa manera los propietarios de perros o gatos se aseguran de que su mascota vuelva en otra ocasión a su médico sin temor, según explica la organización alemana Aktion Tier.

Lo más importante es hacer que la cita sea lo más agradable posible para el animal. Eso empieza por procurar que haga sus necesidades antes de acudir al veterinario. En ese sentido lo mejor es que los dueños saquen al perro a pasear antes de la consulta.

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Si un animal tiene problemas de náuseas y vómitos durante el trayecto en coche, su propietario debe procurar que no coma en exceso antes de emprender el viaje. Los dueños de gatos pueden acostumbrar a sus animales al transportín o kennel unos días antes, por ejemplo, dándoles la comida en esa pequeña jaula.

Antes de la visita al veterinario, también puede ser útil practicar con el animal la forma en que le van a abrir la boca para explorarle o levantarle la oreja, como lo hará el médico. El día de la consulta veterinaria, los dueños de las mascotas deben dejar siempre tiempo suficiente para que no haya prisa.

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Durante el primer examen, la mascota debe recibir caricias y recompensas en forma de golosinas. Si la primera asistencia del veterinario deja una impresión positiva en el animal, este acudirá también en el futuro de buen agrado, explica Tina Hölscher, veterinaria de Aktion Tier. Otra ventaja de todo ello es que el médico puede examinar y tratar mejor a un animal tranquilo.