Los fieles cristianos celebran este domingo 30 de noviembre el Primer Domingo de Adviento 2025, una fecha que marca el comienzo de un nuevo año litúrgico y la preparación espiritual para la Navidad.
El Adviento comprende las cuatro semanas previas al 25 de diciembre y tiene como propósito preparar el corazón para el nacimiento de Jesús, así como recordar la promesa de su regreso al final de los tiempos, según la fe cristiana.
Durante este período, la Iglesia invita a vivir actitudes y valores como la esperanza, la paz, la alegría y el amor, símbolos representados en la corona de Adviento, la cual porta cuatro velas que se van encendiendo domingo tras domingo.
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Para ayudar a las familias a sintonizar con el sentido de este “tiempo de espera”, se recomienda realizar una liturgia u oración en casa, acompañada de este tradicional signo.
Una propuesta difundida por comunidades católicas sugiere colocar la corona en un lugar especial del hogar, junto a una imagen de la Virgen María y con una iluminación cálida que favorezca el recogimiento.
Asimismo, se invita a nombrar un monitor que guíe la oración y un lector o varios lectores que participen en las distintas partes del rito. El resto de la familia podrá intervenir con respuestas, cantos o peticiones.
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Durante la primera estrofa del canto “Hoy se enciende una llama”, uno de los presentes encenderá la primera vela, símbolo de la esperanza cristiana.
Liturgia para el Primer Domingo de Adviento 2025
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.
MONITOR: Hoy, al iniciar el Adviento, comenzamos un nuevo año litúrgico. El Adviento es un tiempo especial de preparación y espera. Iremos encendiendo, semana tras semana, las cuatro velas de esta corona como un símbolo de nuestra preparación gradual para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que irrumpe para disipar las tinieblas que nos rodean. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza en Él, Dios hecho niño.
(Momento de silencio)
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LECTOR:
Lectura del libro del profeta Isaías:
“Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece” (Is 60, 1-2).
MONITOR:
Nos recogemos unos instantes en silencio e inclinando nuestras cabezas vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento. Oremos… (se hace un breve silencio)
LECTOR (o lectores, dicen):
I. La tierra, Señor, se alegra en estos días,y tu Iglesia desborda de gozoante tu Hijo, el Señor Jesús,que se avecina como luz esplendorosa,para iluminar a los que yacemos en las tinieblasde la ignorancia, del dolor y del pecado.Lleno de esperanza en su venida,tu pueblo ha preparado esta coronacon ramos del bosque y la ha adornado con luces.
II. Ahora, pues, que vamos a empezarel tiempo de preparaciónpara la venida de tu Hijo,te pedimos, Señor,que, mientras se acrecienta cada díael esplendor de esta corona, con nuevas luces,a nosotros nos iluminescon el esplendor de Aquél que,por ser la Luz del mundo,iluminará todas las oscuridades.Te lo pedimos por Él mismoque vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
MONITOR:
(Encendido de la primera vela morada de la corona)
Cantemos ahora HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (o cualquier otro canto apropiado)
TODOS CANTAN:
(Una persona enciende la primera vela morada mientras se entona la primera estrofa del canto)(*)
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMAEN LA CORONA DE ADVIENTO,QUE ARDA NUESTRA ESPERANZAEN EL CORAZÓN DESPIERTOY AL CALOR DE LA MADRECAMINEMOS ESTE TIEMPO
- Un primer lucero se enciende (*)anunciando al Rey que viene,preparad corazones,allánense los senderos.
MONITOR:
Pidamos al Señor que fortalezca nuestra fe en este tiempo y elevemos nuestras peticiones con confianza. Respondamos a cada petición diciendo: POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.
(Peticiones libres)
TODOS: Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(F)





