La Unesco ha presentado su nueva guía educativa para hacer frente a la desinformación y los discursos de odio con el objetivo de adaptarse al cambio en el consumo de contenidos, cada vez mayor en plataformas de internet, en un contexto de proliferación de noticias falsas sobre la pandemia.

Con el 70% de la población joven del mundo ahora en línea (informe de 2017 de la Unesco, esto puede haberse ampliado), la necesidad de hacer la diferencia entre información y desinformación se ha vuelto más apremiante.

La guía, presentada este jueves de forma virtual, está dirigida a educadores y estudiantes con el objetivo de detectar fake news (noticias falsas) en “un momento en que necesitamos mentes críticas”, dijo la directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay.

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La nueva edición, a diferencia de la anterior (publicada hace diez años), incluye consejos en el ámbito de la inteligencia artificial y la privacidad, entre otros, y pone el acento en la lucha contra el discurso de odio, ya que este organismo de Naciones Unidas detectó problemas de este tipo por parte de algunos proveedores de contenidos.

La propuesta lleva el título de Piensa críticamente, haz clic sabiamente: Ciudadanos letrados en medios e información.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay. Foto: Shutterstock

Los recursos para la aplicación de la guía serán difundidos durante un evento internacional de tres días, 23, 27 y 29 de abril, coorganizado por Unesco y la República de Serbia. Se compone de dos conversatorios televisados, más cuatro seminarios web con estudios de caso y expertos en lectura de medios e información. Serán sesiones combinadas, virtuales y presenciales.

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La guía da nociones para que las personas comprendan cómo las noticias y la información pueden manipularse para crear desconfianza, división, intolerancia y prejuicio entre distintas sociedades.

Igualmente es clave para entender cómo los modelos de negocio de proveedores pueden contribuir a propagar contenido potencialmente dañino a través de su arquitectura y algoritmos.

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La nueva publicación recoge asimismo recomendaciones para educadores en el ámbito informal y formal, por lo que proporciona un marco para la formación de profesores, pero también está dirigida a los estudiantes, las empresas y los medios de comunicación; además, a los ciudadanos que consumen, crean y difunden contenido en la red.

“Trabajamos para que la educación sea una herramienta indispensable para la formación, pero también contra los rumores”, y ahora “somos más conscientes del impacto de la desinformación”, para la cual “la educación juega un papel crucial”, concluyó Azoulay.