Si ya comió las 12 uvas, colocó lentejas en sus bolsillos, guardó un billete en su zapato izquierdo, se escondió debajo de la mesa, corrió alrededor de la cuadra con su pasaporte y maleta de viaje e incluso se bañó con champán, es muy probable que no solamente quiera dejarle el destino de su nuevo año al color de la ropa interior que seguramente eligió por cábala.