Las Gemínidas están por llegar. Durante la noche del 13 de diciembre y hasta las primeras horas del día 14, decenas de fragmentos estelares aparecerán en el cielo en su máxima intensidad. El color de estas estrellas fugaces es muy diferente. Mientras que las Perseidas tienen el típico color anaranjado, las Gemínidas cuentan con una luz entre azul y verdosa.

Las Gemínidas proceden de fragmentos ricos en níquel y magnesio, que cruzan el firmamento a gran velocidad. Esta es la causa de ese color tan característico. Las Gemínidas son una anomalía entre las múltiples lluvias de estrellas del año. Los restos de roca no están asociados a un cometa compuesto mayoritariamente de hielo, sino a un asteroide rocoso llamado 3200 Faetón.

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El objeto (Faetón) que genera esta lluvia de estrellas es un asteroide que aunque había sido catalogado como potencialmente peligroso para la Tierra y que durante años ha desconcertado a los astrónomos, no representa ningún peligro, a decir de los astrónomos.

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La lluvia de estrellas será visible del 4 al 24 de diciembre, pero la noche del día 13 es cuando se apreciarán más objetos por hora, según señala el Observatorio Astronómico de Quito de la Escuela Politécnica Nacional. Los astrónomos calculan que, en las condiciones apropiadas, se pueden observar hasta 120 bólidos por hora.

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Es un fenómeno que se puede apreciar sin la necesidad de binoculares, cámaras o telescopios. Los astrónomos acudir a un sitio con la menor cantidad de contaminación lumínica posible.

Las Gemínidas suelen generar un buen número de estrellas fugaces durante varias noches, en especial las de los días 13, 14 y 15 de diciembre.

Gemínidas, las más fotogénicas

La lluvia de meteoros de las Gemínidas es muy fotogénica. Dada la velocidad relativamente moderada, unos 120.000 km/h, en que los restos de Faetón alcanzan la Tierra, poseen una velocidad angular baja que permite que las cámaras fotográficas capten muchas bajo cielos oscuros.

De hecho, como genera meteoros a menudo más luminosos que las estrellas más destacadas del firmamento, puede observarse incluso desde las grandes ciudades, señala The Conversation. (I)