Cualquiera que haya vivido con un infante en los últimos tres años tendrá grabado en el reproductor musical de su memoria una alegre y pegajosa melodía solo con leer estas dos palabras: Baby Shark.

Puntos extra si cantó automáticamente ‘dududuruduru’ o unió las manos para imitar el movimiento del pequeño tiburón, campeón de la niñez y de la competitiva carrera de vistas de YouTube.

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Usted probablemente es parte de la multitud que contribuyó a que este video haya llegado a los 10.000 millones de vistas, convirtiéndose así en el más popular de la gigante plataforma audiovisual, por encima de bombazos como Despacito (Luis Fonsi), que al momento va por los 7.000 millones. Es que los niños son un público demandante, y cuando algo les gusta, no lo dejan ir fácilmente.

En este caso, se enamoraron del video en el que dos niños asiáticos hacen el Baby Shark Dance (baile del bebé tiburón) mientras un tiburón animado y su familia intentan cazar a los pequeños humanos. Sin embargo, después del susto, los niños escapan y celebran.

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Los creadores, que subieron la canción en 2016 a su canal de contenidos infantiles Pinkfong, lo celebraron en sus redes sociales, donde muchos se declararon admiradores, otros expresaron frustración de que YouTube haya desactivado el botón de ‘No me gusta’, y algunos más declararon su incredulidad ante el número de vistas. Pero basta con tener un pequeño en casa para saber que no es ningún milagro.

Aunque los niños pierden interés en el tiburón bebé al cruzar la frontera de los 5 o 6 años y entrar a la escuela, el pequeño escualo no tiene nada que temer, pues nuevas filas de preescolares están listos para formarse tras él.

Un niño elige un contenedor de helado con la imagen de Baby Shark, en un mercado de Selangor, Malasia, 2019. LA REVISTA, SOCIEDAD Foto: El Universo

Si lo piensa, nosotros también lo hicimos, viendo una y otra vez episodios de El Chavo del 8 y Los Picapiedra.

La canción infantil que podría salvar una lengua nativa

¿Es Baby Shark otro más de la lista de criaturas bailarinas con colores brillantes o trae algo de valor educativo entre sus afilados dientes? La pedagoga Marta de Ycaza dice que sí. Buen ritmo, dibujos coloridos y graciosos, una historia divertida en la que se enumera a los miembros de la familia (Baby Shark tiene papá, mamá, abuelo, abuela…), y una estructura repetitiva que invita a los niños a inventar sus propias estrofas para incluir a sus parientes.

La licenciada en Ciencias de la Educación Rossmary Acuria rescata, primero, la parte lúdica. “Ellos (los preescolares) se divierten muchísimo”. En su trabajo ha incorporado títeres y láminas con los integrantes de la familia de tiburones, mientras que los niños se esmeran por hacer la coreografía que les corresponde a cada cual: la guapa mamá tiburón, el fuerte papá tiburón, los frágiles abuelos, el veloz bebé, y mientras tanto, van valorando el rol de cada uno en la familia.

KUALA LUMPUR, MALAYSIA- DIC 12, 2017: Un niño baila la canción Baby Shark, que ha recibido más de 10.000 millones de vistas en YouTube. Foto: El Universo

La canción tiene versiones en 19 idiomas, entre ellos, inglés, coreano, chino, japonés, alemán, árabe, malayo, español y, en enero de 2020, en el idioma navajo. Esto a petición de los directivos del Museo de la Nación Navajo (Arizona), quienes en su campaña para preservar su cultura, buscan llegar también a los niños que están aprendiendo a hablar, ¿y qué mejor que Baby Shark? Otros proyectos de este tipo son el doblaje de Star Wars Episodio IV, Buscando a Nemo y el clásico wéstern Por un puñado de dólares.

En la clase de Acuria, mientras tanto, los niños entre 1 y 3 años pasan con facilidad del inglés al español, ayudados por las dos versiones de Baby Shark, aprenden a marcar el ritmo y anticipan la coreografía. “Los transporta a la diversión. Es una suma de expresión facial y corporal, color, ritmo y emociones”. Pues también les sirve para trabajar en los distintos tipos de sentimientos: en un momento los niños nadan felices, al siguiente están todos asustados porque se inquietan las aguas.

El ‘hit’ de Pinkfong y las chicas que lo hicieron famoso

Baby Shark llegó al top de YouTube el 2 de noviembre de 2020 (chao, Despacito). Fue ideada por la empresa educativa Pinkfong e interpretada por la cantante coreano-estadounidense Hope Marie Segoine (16). Debutó el 17 de junio de 2016 y fue un éxito viral en Asia, pero solo a partir de 2019 conquistó a los niños de Estados Unidos y del mundo. Pronto, el canal de televisión Nickelodeon le dio su propia serie animada.

La compañía, dijo a CNN Bin Jeong, la joven fundadora y directora ejecutiva de Pinkfong en Estados Unidos, no había esperado que el clip se disparara de esa manera. “Los (videos) que triunfan, lo hacen por mérito propio”. Tal vez esté siendo modesta, ya que ella fue quien creó y ha supervisado las operaciones de Pinkfong en YouTube, creando estrategias de crecimiento basadas en análisis de métricas de desempeño.

Pinkfong es subsidiaria de SmartStudy, estudio dedicado al desarrollo de contenido creativo y animado para proveer experiencias de aprendizaje divertido para niños. Su base de operaciones está en Los Ángeles, con Jeong, pero también tienen oficinas en Shanghái y Seúl. Se inició en 2019, y su personaje emblemático no es el tiburón sino un zorro rosado (llamado Pinkfong) que ama cantar y bailar, ya sea sobre los números, el alfabeto o los animales.

¿Quiere contenido en español? No hay problema, Pinkfong se lo trae. ¿Su niño está enganchado con la canción Soy una taza o A mi burro? También están allí. ¿Necesita ayuda para que no den guerra a la hora de cepillarse los dientes? El canal lo tiene. “Somos una productora enfocada en canciones e historias animadas, pero también en aplicaciones para móviles; creamos contenido de calidad, educativo pero también entretenido”, dijo Jeong en una entrevista de 2017 con el canal virtual BeFast.TV. Su mayor tráfico en YouTube proviene de Estados Unidos y Corea del Sur. “Tienes que conocer a tu usuario y saber qué realmente le gusta (estudiar los datos, estudiar al público), en vez de asumir lo que quiere. Al principio experimentamos mucho, y eventualmente descubrimos que nuestros usuarios gustan de las canciones cortas y nos apegamos a eso”.

Lejos de pasar de moda, el video original sigue disponible y acumulando vistas, con su alegre melodía y su coreografía tan limpia como la sección de comentarios, cerrada por ser un canal infantil, en un intento de proteger ese inesperado reducto de inocencia. (I)