Ante el prolongado cierre de las escuelas debido a la pandemia de coronavirus, muchos padres estadounidenses han optado por convertirse en maestros y recurrir a la educación en casa para garantizar que la enseñanza de sus hijos continúe.

Todo lo hago yo: elaboro el plan de clases, ejecuto el plan de clases y lo vuelvo a hacer la semana siguiente”, cuenta Catherine Strokes. La escuela de su hija cerró el año pasado a causa de la pandemia.

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También conocida como homeschooling, la educación en casa se disparó cuando el virus provocó el cierre de escuelas en todo el país en marzo de 2020, según la Asociación Nacional de Educación en Casa (NHSA, por su sigla en inglés), con sede en Colorado (Denver, centro).

El número de niños que reciben clases en casa en Estados Unidos pasó de entre cuatro y cinco millones en 2019 a casi 10 millones el año pasado, de acuerdo con estimaciones de la NHSA.

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Strokes, de 37 años y con un empleo de medio tiempo, tomó su decisión en julio, cuando los responsables de la escuela de Fredericksburg (Virginia, este) seguían indecisos sobre el inicio de las clases presenciales al mes siguiente.

Más que el miedo al COVID-19, fue la incertidumbre la que la empujó a educar en casa.

Homeschooling o educación en casa, una alternativa que cada vez más atrae a padres por la pandemia del coronavirus COVID-19 en Ecuador

“Como la mayoría de la gente que tiene un trabajo de medio tiempo, tenía que saber qué día iban a ir mis hijos a la escuela, pero seguían cancelando las clases en el último momento, alargando el cierre o haciendo todo de manera virtual. Era una inestabilidad para mí y para mi hija”, dijo a la AFP Strokes, miembro de la Organización de Educadores en Casa de Virginia.

Ella se ocupa de todas las asignaturas del plan de estudios -lectura, escritura, ciencias y matemáticas- para que Isabelle no se quede atrás con respecto a sus compañeros de clase, pero se concentra en lo que considera más importante.

Seguían cancelando las clases en el último momento, alargando el cierre o haciendo todo de manera virtual. Era una inestabilidad para mí y para mi hija.

Catherine Strokes

La experiencia de una madre ecuatoriana

Marita Nelson, guayaquileña, vive en una comunidad de Kansas con su esposo y sus dos hijos en edad escolar. “Les estoy enseñando todo a mis hijos”, afirma. “No están matriculados en la escuela por este año. No uso computadoras. Soy su maestra al cien por ciento”.

La escuela en donde estaban los niños, explica Nelson, inicialmente ofreció a los padres la opción de tener clases presenciales dos veces por semana. “Y al último momento cambiaron de opinión”.

Mi esposo y yo no queríamos que nuestros hijos estudiaran por computadora, como lo hicieron al inicio de la pandemia. Entonces decidimos no matricularlos y hacer homeschooling”. Equipados con un currículum que Nelson describe como “católico y evangélico”, se dividieron las asignaturas. “Mi esposo me ayuda los miércoles y viernes con matemáticas, composición gramatical, música y ciencias naturales”.

Hay una gran diferencia entre la enseñanza en casa y las lecciones virtuales. Foto: Shutterstock

Es cansado, es duro, pero el contenido, reflexiona, es de alto nivel. “Eso me gusta mucho”. ¿Hasta cuándo ve posible sostener esta modalidad? “Lo haré hasta mayo de 2021 o hasta que Dios decida el momento en que tengan que regresar a la escuela”.

¿Qué significa el homeschooling para los niños?

Pero el presidente de la NHSA, J. Allen Weston, dijo que la transición puede ser un reto para los niños acostumbrados a la escuela tradicional.

También es difícil para los padres, que deben compaginar su trabajo y su papel de profesor, al tiempo que carecen de puntos de referencia para el rendimiento, dijo Cubelo-McKay.

¿Es posible la educación en casa en Ecuador?

“Cada día es diferente y desafiante”, dijo Strokes. “Uno (de los niños) tendrá un buen día mientras que el otro... puede o no cooperar, algunas materias son más difíciles de enseñar que otras”.

En Estados Unidos se está llevando a cabo una campaña masiva de vacunación de profesores, que debería permitir la reapertura de las escuelas de forma más segura.

Estudiantes con necesidades especiales de aprendizaje en clases de el colegio católico St. Joseph, en La Puente, California, en noviembre de 2020. Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos presentaron nuevas guías de bioseguridad la semana pasada, y urgieron a abrir las escuelas tan pronto sea posible. Foto: -- FREDERIC J. BROWN

Las ciudades de Nueva York, Los Ángeles y Chicago, con los tres mayores distritos escolares del país, tienen planes para reabrir gradualmente, pero algunos padres se resisten a que sus hijos vuelvan a la escuela el próximo año.

“Para el año que viene realmente no lo sé, dependerá de cómo la escuela maneje el otoño, las medidas sanitarias y cómo compensen la pérdida de aprendizaje de los estudiantes virtuales”, dijo Amber Lancaster, la madre de un niño de tercer grado que ha estado educándolo en su casa en Richmond, Virginia, desde septiembre.

Dice que su hijo le da un “9 sobre 10” por este año, aunque echa de menos las discusiones en clase con sus amigos.

Actualmente desempleada, Lancaster está dispuesta a seguir con homeschooling un año más. “No me opongo a un año más de educación en casa, será el tercer grado, no muy complicado”, dijo.

Según el centro de investigación Urban Institute, las autoridades locales temen un descenso en el número de alumnos inscritos en la escuela, ya que consideran que la educación en casa no sustituye a la enseñanza en las aulas.

Esta fuga de cerebros jóvenes también podría afectar la financiación asignada a los distritos escolares, que se calcula cada año, en parte, en función de las cifras de matriculación.