Nació con el fin de ayudar a reducir el hambre en la población vulnerable y más necesitada en Guayaquil. Corría el 2010 cuando un grupo de empresarios católicos apostaron por la creación del Banco de Alimentos Diakonía, registrado mediante acuerdo ministerial en octubre de ese año. Desde entonces sirve de puente entre la abundancia y la carencia, pues se encarga de recolectar alimentos y llevarlos a quienes más los necesitan.