Laboratorios Luque es más que cremas o fórmulas para el rostro: es una tradición de cuidado, confianza y mucho corazón. Hace 75 años una visionaria, Isabel Silva Estrada de Luque, decidió que la belleza y el bienestar debían ser accesibles y auténticos, inspirando lo que hoy conocemos como un símbolo de la cosmética nacional.
El legado familiar de Laboratorios Luque se ha transmitido de generación en generación, y ahora sus nuevas directrices continúan escribiendo su historia con innovación y cercanía. “Seguimos el pulso del mercado y las necesidades del consumidor, pero con ese toque humano que nos caracteriza”, cuenta Mariela Jaramillo, quien desde el 2014 lidera el rumbo de la firma.
Detrás de cada frasco no solo hay ingredientes, sino que también procesos rigurosos. “Fuimos la primera pyme cosmética en tener la certificación de BPM (Buenas Prácticas de Manufactura). Cada lote, cada fórmula pequeña cumple con controles para garantizar calidad”, resalta la gerenta de esta empresa, que actualmente cuenta con más de 100 fórmulas propias.
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Una marca que une generaciones
Lo que hace especial a Laboratorios Luque no es solo que produzca tratamientos, sino que ha acompañado a sus clientas en cada etapa de sus vidas, desde la primera crema que se aplica una adolescente hasta el cuidadoso ritual de una mujer madura que busca darle mayor luminosidad a su piel.
“Vemos generaciones comprando juntas. Pasa una abuelita con la nieta, la nieta dice: ‘Acompáñame’. La abuelita contesta: ‘¡Uy, Laboratorios Luque! Yo compraba ahí cuando era chica’... Ese testimonio resume el vínculo emocional que se ha tejido: no es solo producto, es memoria, es confianza, es la ‘marca de mi vida’”, enfatiza Jaramillo.
Laboratorios Luque no solo tiene fórmulas de alta calidad con principios activos puros para cuidar nuestra piel, sino que también apuesta por la experiencia del cliente.
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Sus puntos de venta –ubicados en varios sectores de la ciudad, en donde se mezclan la tradición y la modernidad– ofrecen asesoría profesional con cosmetólogas que analizan y recomiendan rutinas personalizadas, “creando momentos de cuidado y confianza”.
La empresa también mira hacia el futuro con proyectos que buscan expandir su línea amazónica, basada en ingredientes nativos como el aceite de morete, y potenciar el uso de materias primas locales, promoviendo así un consumo consciente y sostenible.
Además, su incursión en el mundo digital, con su tienda online y sistema de agendamiento virtual para tratamientos, refleja su visión de adaptarse a las nuevas generaciones y facilitar el acceso a sus productos y servicios.






