El cine ha contibuido a que las personas tengan una idea sobre los ataques cardiacos y que estos sean repentinos y súbitos. Sin embargo, en realidad no es tan así.

Hay diferencias entre un paro cardiaco y un ataque cardiaco, aunque sí pueden guardar relación. En el caso del primero consiste en la detención por una alteración eléctrica del corazón lo que produce un latido irregular y no se envía la sangre a los otros órganos por lo que se pierde el conocimiento y puede derivar a la muerte si no se recibe tratamiento inmediato.

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El ataque cardiaco, en cambio, se refiere a a la obstrucción de una arteria que evita que la sangre llegue a una sección del corazón y si no se desbloquea puede derivar en la muerte de esa sección.

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Se estima que el paro cardiaco tiene una tasa de mortalidad del 90%. El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de Estados Unidos especificó que hubo la mayoría de personas que sufrieron un paro cardiacio reveló que sintieron uno o más síntomas horas antes del evento y hasta semanas.

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Un estudio del Departamento de Cardiología del Instituto Smidt Heart de Cedars-Sinai en Los Ángeles da indicios que no los paros cardiacos no son espontáneo como se pensaba.

El doctor Sumeet Chugh, autor del estudio, plantea que los síntomas de advertencia previos al episodio pueden permitir mejorar los resultados de supervivencia.

“Aproximadamente la mitad de los pacientes con paro cardíaco repentino informan síntomas en las horas, días o semanas previas al paro cardíaco y algunos contactan a su proveedor de atención médica en la semana anterior al paro cardíaco”, se especificó.

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En el estudio se analizaron los síntomas de advertencia y también se comparó con personas que llamaron a los sistemas de emergencias por otros motivos, pero con los mismos síntomas.

“Se notificaron síntomas de dolor en el pecho y disnea en más del 30% de los pacientes con paro cardíaco repentino. Otros síntomas estuvieron presentes en menos del 18% de los pacientes con paro cardiaco repentino”, se especificó.

También se detectaron signos de acuerdo al sexo de las personas como fueron dolor torácico, disnea y diaforesis en hombres y disnea para mujeres.

En estudios previos los síntomas más comunes fueron disnea, dolor en el pecho y síncope, así como náuseas o vómitos. La fatiga también ha sido otro signo que testigos o familiares de fallecidos por paro cardiaco repentino reportaron.

“Nuestros hallazgos representan el paso inicial en el descubrimiento de métodos novedosos para predecir un paro cardiaco repentino inminente. Aunque es posible aprovechar los síntomas de advertencia, muchas personas los presentan a diario”, advierte el estudio.

En caso de sufrir un ataque cardiaco se deberá alertar a los servicios de emergencia para ser trasladado a un centro hospitalario y ser tratado a tiempo. (I)