Tras dos años de pandemia y con la implementación de las vacunas contra el COVID-19, en Ecuador se han relajado las medidas de bioseguridad y la ciudadanía retoma actividades culturales y de diversión, como vivir la experiencia de un concierto en vivo. Varios artistas nacionales e internacionales han confirmado sus presentaciones: sin duda, una gran noticia para los fanes que anhelan volver a un concierto.
Manuel Tizón, coordinador del Máster en Investigación Musical y docente en el Máster de Pedagogía Musical y Grado en Música de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), explica por qué el ser humano disfruta tanto asistir a un concierto y qué sucede con sus emociones. Al acudir a un concierto se activa en las personas un mecanismo primitivo denominado respuesta del tronco encefálico, que es la reacción fisiológica a lo que ocurre en el entorno; por lo tanto, las personas reaccionan al alto volumen, la multitud y los gritos que genera este tipo de espectáculos.
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“La reacción fisiológica natural del ser humano hace que el sistema nervioso central se active y, como resultado, genere emociones intensas. La experiencia de un concierto en vivo permite a la audiencia observar los gestos faciales y corporales de los y las intérpretes, lo cual produce emociones colectivas”, dice el experto. De esa manera, el concierto tiene la capacidad de trascender la individualidad del público y se convierte en una experiencia comunitaria con sentido de pertenencia, consiguiendo así el contagio emocional. “Estas son sensaciones, emociones y reacciones propias de un evento en vivo”.
El docente de la UNIR también señala un aspecto principal de los conciertos: el fenómeno fan, que tiene como eje a los sentimientos compartidos, es decir, lo que siente el artista lo siente el fan, y el nivel de dopamina es similar en ambos casos. Cabe mencionar que este fenómeno no solo aplica a conciertos, sino también a los estadios en los deportes, mítines políticos, entre otros.
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En el transcurso del 2022 se han desarrollado varios conciertos en Ecuador. La mayoría de estos espectáculos han conseguido sold out en pocas horas, lo que demuestra que la ciudadanía anhelaba asistir a un concierto y sentir la catarsis emocional que este ocasiona independientemente del género musical. Todo esto teniendo en cuenta que el COVID-19 no ha desaparecido, por lo que hay que continuar cumpliendo las medidas de bioseguridad vigentes.
Lo que dice el Kennedy Center
La música tiene el poder de motivar y calmar; de eso no hay duda. Pero ¿cómo y por qué nos afecta? ¿Por qué ciertas canciones provocan emoción o nos hacen sonreír? ¿Por qué las demás nos traen relajación, lágrimas o escalofríos? Esto lo destacan los expertos del Kennedy Center, en Washington (EE. UU.).
También son preguntas que algunos científicos se hacen en sus laboratorios. Están estudiando cómo nuestros cerebros procesan la música y aprendiendo por qué respondemos de la forma en que lo hacemos. Están utilizando nuevas tecnologías para explorar por qué la música, ya sea reggae, rap, rock o Rachmaninoff, se celebra en todas las culturas humanas.
Cómo el cerebro procesa la música es un área emocionante de esta investigación. Los investigadores han descubierto que el cerebro no tiene un lugar especial para analizar la música. En cambio, diferentes partes del cerebro manejan diferentes aspectos de una canción, como el ritmo (el compás) y el tono (tono y volumen). Y uno de los descubrimientos más alucinantes es que las partes del cerebro que se ocupan de las emociones también se activan en respuesta a la música. En otras palabras, la música está conectada directamente con nuestros sentimientos.
La música y los sentimientos siempre han ido de la mano. La investigación científica moderna nos está ayudando a entender por qué.
Cómo funciona
¿Cómo llega tu canción favorita de tus oídos a tu cerebro? Aquí están los conceptos básicos:
- Las ondas de sonido de un instrumento o un sistema de sonido llegan al oído externo.
- En el oído medio, las ondas de sonido hacen que el tímpano y los huesos diminutos vibren.
- El oído medio pasa estas vibraciones al oído interno.
- El oído interno incluye la cóclea, en forma de caracol. Dentro de la cóclea, llena de líquido, hay de 20.000 a 30.000 diminutas células ciliadas. Estas células ciliadas son de diferentes tamaños, las cuales reaccionan a diferentes tonos y alturas.
- El oído interno traduce las vibraciones en señales eléctricas.
- Las señales electrónicas son transportadas al cerebro por células nerviosas llamadas neuronas a través del sistema nervioso coclear .
- Las señales viajan a lo largo del sistema nervioso coclear hasta la corteza cerebral del cerebro. Como una supercomputadora.
- Otras áreas del cerebro agregan su poder para analizar diferentes elementos dentro de la música, como el ritmo, el tono y la dinámica.