Actualmente el ayuno se ha convertido en la panacea para quienes buscan perder peso y mejorar su salud. Sin embargo, podrías preguntarte: ¿y si pudiera disfrutar de sus beneficios sin tener que dejar de comer? Aquí es donde la dieta que imita el ayuno lleva la delantera.
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Desarrollada por el doctor Valter Longo, director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California y del Programa de Longevidad y Cáncer del IFOM en Milán, esta dieta crea un ambiente en el cuerpo que simula los efectos del ayuno, pero con la maravilla de seguir degustando alimentos.
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De acuerdo con la revista Glamour, este innovador plan alimenticio no solo promete una piel más radiante, también mejora el metabolismo, reduce la inflamación crónica, promueve la pérdida de peso, mejora la salud metabólica y revitaliza la energía, todo esto mientras “engaña” al organismo para que active procesos de regeneración celular.
Así es la dieta que imita el ayuno
La denominada Fasting Mimicking Diet (FMD) combina restricciones calóricas y elecciones alimenticias inteligentes. Así, el cuerpo cree que se encuentra en un estado de ayuno, sin necesidad de pasar hambre.
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Esto no es solo un capricho. Los estudios respaldan que esta dieta puede revitalizar el sistema inmunológico, estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y, en definitiva, ayudar a quemar grasa de manera eficiente, apunta la revista ya mencionada.
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Además, esta forma de alimentarse tiene sus ventajas estéticas. Glamour menciona que promueve un cabello más fuerte y saludable, también mejora la elasticidad y luminosidad de la piel, combate los signos indeseables de envejecimiento.
¿Qué se come en la dieta que imita al ayuno?
La dieta que simula el ayuno se puede encontrar bajo el nombre de ProLon. Este plan de cinco días incluye un kit con todo lo necesario para llevarlo a cabo, distribuido en pequeñas cajas. Dentro de estas, hay barras energéticas, sopas, bebidas y suplementos, todo de origen vegetal y libre de conservantes, explica Glamour.
Por otro lado, los alimentos que se pueden disfrutar en esta dieta son ricos en nutrientes pero bajos en calorías, grasas saturadas y proteínas. Como aceite de oliva, aguacate o semillas de chía y lino, son ideales para mantenerse lleno de energía y satisfecho.
También se puede incluir verduras como espinacas, brócoli, calabacín y espárragos, que son geniales por su alto contenido en fibra.
Tampoco hay que olvidar las frutas rojas como los arándanos, fresas y frambuesas, que son bajas en azúcar. Los caldos y sopas de verduras son sabrosos y además ayudarán a mantenerse hidratado y con fuerza.
Sin embargo, hay ciertos alimentos que es mejor evitar para que el cuerpo logre el estado que se busca.
Entre ellos se encuentran las proteínas animales en exceso, los lácteos, los carbohidratos refinados (como el pan, harinas y azúcares), las grasas trans, las papas fritas, los snacks procesados, las mantequillas vegetales y por supuesto, las bebidas azucaradas, industriales y el alcohol.
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