La respuesta más sencilla es que sí. Las guías de la Fundación Nemours, dedicada a la salud infantil y juvenil, explican que los niños y los adolescentes con asma pueden hacer deporte siempre y cuando esta condición esté bien gestionada y bajo control.

Estar activo, hacer ejercicio físico y practicar deporte pueden ayudar a los niños con asma a estar en forma y a mantener un peso saludable. También pueden reforzar los músculos que se utilizan para respirar, ayudando a los pulmones a funcionar mejor.

El Hospital Rady Children’s, de San Diego, explica que por mucho tiempo se había disuadido a los niños con asma de hacer deporte y se les decía que se tomasen las cosas con calma. Pero eso ya no está vigente. La importancia del ejercicio para los músculos de la respiración pueden hacer que su médico lo considere como parte del plan de tratamiento.

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Hay dos cosas importantes que su hijo debe saber sobre la participación deportiva:

  • El asma debe estar bajo control, como ya se mencionó.
  • Cuando el asma esté bien controlado, el niño podrá y deberá realizar actividad física como cualquier otra persona.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) señala que el asma inducido por el ejercicio (AIE) es la obstrucción aguda y reversible de las vías aéreas que ocurre tras la realización de un esfuerzo físico, y que hasta el 80 % de los niños con asma pueden presentar síntomas durante el ejercicio. Pero no hay que detenerse por esto, pues muchos deportistas exitosos son asmáticos.

Como ejemplo están la nadadora y medallista olímpica Amy van Dyken, el basquetbolista Dennis Rodman, la patinadora artística Kristi Yamaguchi y el exsaltador Greg Louganis.

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¿Qué síntomas pueden producirse durante el asma inducida por el ejercicio?

  • Tos. Dificultad para respirar.
  • Respiración sibilante (se oyen pitos o silbidos al respirar).
  • Opresión o dolor de pecho.
  • Alargamiento del periodo de recuperación tras el ejercicio.

Los síntomas pueden aparecer durante o después del ejercicio, y pueden tardar varias horas en desaparecer. Cuando hay síntomas, se puede permitir que el niño o el joven queden exentos del ejercicio o lo interrumpan.

¿Cuáles son los deportes más adecuados para un niño con asma?

La Fundación Nemours menciona que las mejores opciones son el golf, el yoga y la bicicleta suave, pues tienen menos probabilidades de desencadenar crisis asmáticas. Deportes como el béisbol, el fútbol americano, la gimnasia y el atletismo de campo y pista de corta duración también pueden ser buenas opciones.

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En cambio, hay deportes que pueden ser todo un reto para los niños con asma. Aquí se incluyen los deportes de resistencia, como las carreras y el ciclismo de largo recorrido, que exigen gastar mucha energía sin disponer de largos períodos de tiempo para descansar (lo que ocurre en el fútbol y el baloncesto). Los deportes de invierno también pueden plantear dificultades.

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Pero esto no significa que los niños no puedan practicar estos deportes si disfrutan mucho con ellos. Muchos atletas que padecen asma han comprobado que, con un buen entrenamiento y el uso de medicamentos para el asma a dosis adecuadas, pueden practicar cualquier deporte que les guste.

Según la Aepap, el ambiente donde se practique el ejercicio puede favorecer el AIE:

  • Aire frío y seco
  • Aire contaminado
  • Ambientes húmedos
  • Altas concentraciones de polen, hongos o polvo en personas sensibilizadas a tales sustancias.

Mantener el asma del niño bajo control

Para mantener el asma bajo control, es importante que su hijo tome los medicamentos según la prescripción médica. Saltarse la medicación de control puede empeorar los síntomas, informa el hospital Rady Children’s, y olvidarse de tomar la medicación antes de hacer ejercicio puede dar lugar a graves crisis asmáticas, requiriendo a veces una visita a la sala de emergencia. Su hijo siempre debe llevar la medicación de rescate, hasta en los entrenamientos, en caso de que surja una crisis asmática.

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También conviene tener en cuenta los desencadenantes. Dependiendo de cuáles sean sus desencadenantes, su hijo quizás deba:

  • Saltarse los entrenamientos al aire libre cuando los recuentos de polen o moho son altos.
  • Llevar una bufanda o máscara cuando entrene en temporada fría.
  • Respirar por la nariz en vez de la boca al ejercitar.
  • Asegurarse de tener siempre tiempo para realizar ejercicios de calentamiento y relajación.

También debe decirle al entrenador que su hijo tiene asma y darle una copia de su plan de acción. Un niño mayor o adolescente debe llevar una copia consigo, así como cualquier medicina de rescate o de alivio rápido, que pueda necesitar para tratar una posible crisis. Pregunte si alguno de los profesores o entrenadores conoce sobre la enfermedad asmática y primeros auxilios.

¿Qué se debe hacer ante una crisis de asma inducida por el ejercicio?

Primero, el niño debe parar de realizar la actividad deportiva, y mantenerse en reposo (sentado), para poder respirar bien (evitar aglomeraciones, liberar ropa).

Si se tiene un broncodilatador de acción rápida (salbutamol, terbutalina) administrarle lo antes posible cuatro inhalaciones. Mantenerlo en observación diez minutos.

Si no mejora, administrar otras cuatro inhalaciones. Acudir al centro sanitario más próximo o llamar a emergencias médicas. El niño debe estar siempre acompañado. Hay que avisar a los padres o responsables lo antes posible.

En ocasiones, el cese de la actividad hace remitir la crisis sin necesidad de medicación, y puede seguir haciendo deporte. La Aepap llama a esto el periodo refractario: una vez superada la crisis, el pulmón queda protegido unas 3-4 horas. (I)