Análisis realizados por un comité global de expertos en seguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han concluido que no existe un vínculo causal entre las vacunas y el autismo, frente a llamamientos desde la Administración norteamericana de Donald Trump a reabrir un debate sobre la cuestión.
Los nuevos análisis, citados en rueda de prensa por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se basan en 31 estudios con datos de numerosos países publicados entre enero de 2010 y agosto de 2025, que confirman la seguridad de las vacunas utilizadas durante la infancia y el embarazo y “la ausencia de un vínculo causal con los trastornos del espectro autista”.
El comité reafirma conclusiones ya emitidas por el mismo grupo de expertos en 2002, 2004 y 2012 y subraya que tampoco causan autismo las vacunas que contienen aluminio o timerosal, compuesto orgánico usado como conservante en algunas vacunas, y que contiene mercurio.
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A la vista de los resultados, la OMS llama a todas las autoridades sanitarias nacionales a que “se basen en la ciencia más reciente y garanticen que las políticas de vacunación estén fundamentadas en la mejor evidencia disponible”.
“Los esfuerzos de inmunización infantil a nivel mundial representan uno de los mayores logros en la mejora de vidas, medios de subsistencia y prosperidad de las sociedades”, defendió la OMS, señalando que en el último medio siglo la inmunización infantil ha salvado al menos 154 millones de vidas.
Declaraciones de figuras como el presidente estadounidense Donald Trump o su ministro de Salud, Robert F. Kennedy Jr., han rescatado antiguas teorías sobre presuntos vínculos entre vacunas y autismo u otras condiciones sanitarias, algo que la OMS ha intentado combatir a lo largo de los últimos meses.
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Tedros señaló en la rueda de prensa, de repaso de la situación sanitaria global en los últimos doce meses, que los desacuerdos entre la OMS y Estados Unidos en esta cuestión son una prueba de la independencia de la organización, acusada en ocasiones por la propia Administración norteamericana de ceder a presiones de otras potencias como China. (I)





