Se calcula que el 38 % de la población mundial luce algún tatuaje, y España es el sexto país con un mayor número de adeptos a la tinta. Al margen de su significación artística y social, y ahora que el número de aficionados a dejar marcas indelebles sobre su cuerpo ha aumentado considerablemente, cabe reflexionar sobre sus posibles riesgos para la salud. Aquí los analizaremos desde la perspectiva de la respuesta inmunitaria.