Existe una enfermedad respiratoria que puede convertir cada noche en una pesadilla. Los ronquidos fuertes quizá sean la consecuencia más obvia de la apnea obstructiva del sueño (AOS), pero si no se sigue algún tratamiento para esta afección, puede provocar un amplio rango de complicaciones, como hipertensión, cardiopatías, disfunción hepática y diabetes tipo 2.

Este trastorno se presenta cuando el tejido blando que se encuentra en la parte posterior de la garganta se relaja durante el sueño y hace que se cierren las vías aéreas. Este bloqueo impide la respiración por periodos breves, por lo que la persona puede jadear debido a la falta de aire, tener dificultad para mantenerse dormida y sufrir todos los problemas que conlleva la somnolencia durante el día, desde mal desempeño laboral hasta accidentes fatales.

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La apnea del sueño se produce por un bloqueo en las vías respiratorias al dormir. Foto: Shutterstock

El doctor Iván Chérrez Ojeda, principal del centro médico especializado Respiralab, indica que la edad, el sexo masculino y la obesidad son factores de riesgo para la AOS, pero también para el COVID-19 grave.

Por ello, los pacientes con apnea del sueño tienen un riesgo aproximadamente ocho veces mayor de infección por COVID-19 en comparación con una población de edad similar y sufren hasta cinco veces más posibilidades de hospitalización e insuficiencia respiratoria. Y la mortalidad relacionada con el COVID-19 en los pacientes con AOS es dos veces más que la población general.

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“La razón de este incremento de severidad no es entendido del todo, pero se sabe que la AOS se asocia a la inflamación de las vías respiratorias e inflamación sistémica, lo que podría empeorar las consecuencias de la infección por SARS-CoV-2”, agrega este especialista neumólogo y alergólogo. “El aumento de la inflamación subyacente puede ser especialmente importante en los pacientes con sobrepeso y neumonía por COVID-19 al empeorar la falta de oxígeno y la respuesta inflamatoria conocida como la tormenta de citoquinas, que predispone a un fallo multiorgánico posterior”.

Además, los pacientes con AOS pueden tener asociados trastornos psicológicos como ansiedad o depresión. “Junto con profesores de la Universidad Espíritu Santo elaboramos un estudio en el cual se demostró que durante la pandemia aumentaron los problemas de ansiedad, depresión y estrés postraumático en la población ecuatoriana”. Ese estudio fue publicado en la revista BMC Psychiatry (California) en abril.

Las consecuencias por la AOS pueden complicar gran parte del organismo. Los pacientes con AOS tienen hasta seis veces más riesgo de sufrir un accidente de tránsito, mayor riesgo de hipertensión, infartos, derrames cerebrales e incluso cáncer, agrega el doctor Chérrez, por ello recomienda que las personas que presenten los síntomas se realicen una evaluación.

“El estudio de sueño puede realizarse en el domicilio del paciente o en el hospital. De esta manera podemos saber cuántas veces por hora el paciente deja de respirar (apnea) durante la noche”. Se considera positivo para AOS cuando se tienen cinco eventos por hora de sueño.

La apnea del sueño puede ser también una causa del sobrepeso, por ello si se logra disminuir el peso, se logra disminuir las apneas.

Posibles tratamientos

La gravedad de este padecimiento varía mucho, desde un ligero problema que quizá no amerite tratamiento hasta una enfermedad grave que incluso puede poner en riesgo la vida. Sara Benjamin, neuróloga y especialista del sueño en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos), explica que pernoctar en un laboratorio del sueño donde un técnico pueda monitorear los movimientos del paciente es la mejor manera de diagnosticar la apnea.

Un estudio de laboratorio ofrece el análisis más completo y permite detectar muchos otros problemas del sueño además de la apnea, pero también hay pruebas que es posible realizar en casa con facilidad y sin necesidad de una gran inversión. Estas pruebas miden el esfuerzo necesario para respirar y los niveles de oxígeno, pero no analizan las ondas cerebrales, el tono muscular ni los movimientos de piernas que registra la prueba realizada en el laboratorio.

¿Qué señales indican la necesidad de una evaluación del sueño? “No necesitas sufrir síntomas graves para considerar una evaluación, ya sea una prueba en casa o en el laboratorio”, aseveró Benjamin. “Basta que una persona sienta que sus problemas de sueño afectan sus actividades diarias para hacerse una evaluación. Si la causa es un problema de respiración, no es prudente ignorarlo”.

La máquina para CPAP (presión positiva continua de las vías respiratorias) permite respirar mejor.

Por lo regular, una máquina para CPAP (presión positiva continua de las vías respiratorias) es la primera opción de tratamiento para la apnea del sueño. Uno de los componentes es un motor que emite aire presurizado a través de un tubo unido a una máscara que cubre la nariz, o la nariz y la boca. Este equipo mantiene desbloqueadas las vías aéreas.

Algunas máquinas pueden hacer ajustes automáticos en la presión para compensar cambios en la posición durante el sueño; otras solo tienen ajuste manual. La sección que se coloca en el rostro varía, pero todas las versiones tienen cintas ajustables para lograr el empalme adecuado. Los modelos más recientes tienen la opción de producir aire caliente o húmedo, según la preferencia del paciente, y además hay modelos pequeños para viaje.

Dispositivos y operaciones

Otra opción son los aparatos bucales, conocidos como dispositivos de avance mandibular, los cuales empujan la mandíbula inferior (y la lengua) hacia delante, abriendo la vía respiratoria y reduciendo o eliminando los ronquidos.

Para que funcione bien, el dispositivo debe permanecer dentro de la boca toda la noche y usarse de manera continua. Algunos usuarios quizá nunca se acostumbren a la sensación de tener un objeto de gran tamaño en la boca que evite que la mandíbula se cierre.

Dispositivo bucal para apnea del sueño. Foto: TAMI CHAPPELL

Debido a que estos sistemas empujan la mandíbula inferior hacia delante, los usuarios generalmente despiertan con la mordida desalineada; esto a menudo se corrige en cuestión de minutos tras haber retirado el aparato. El babeo, los dientes sensibles y el movimiento de los dientes también podrían ser otros de los efectos secundarios.

“Los productos orales son útiles, pero no solucionan el problema”, dijo Nina Shapiro, especialista en otorrinolaringología del Departamento de Cirugía de cabeza y cuello de la Universidad de California, campus Los Ángeles.

SnoreRX y Zyppah, dos de estos productos, son dispositivos de “hervir y morder”. Colocas el producto en agua hirviendo para ablandar la resina incluida, después muerdes con firmeza para moldearlo según la forma de tu mordida, lo cual ayuda a que se acomode mejor cuando lo metes a la boca.

ZQuiet, que cuesta desde 80 dólares en Estados Unidos, es un dispositivo de placa abierta; no se necesita moldear el producto con los dientes. Por lo tanto, es más pequeño y menos estorboso, lo cual permite que el usuario abra o cierre la quijada a voluntad.

Zyppah tiene una función adicional; el aparato de 99 dólares incluye una banda elástica que fija la lengua para evitar que bloquee la vía respiratoria.

SnoreRX no tiene una banda para la lengua, pero el dispositivo de 99 dólares permite que el usuario abra más la vía respiratoria moviendo la sección inferior de la mandíbula hacia delante milímetro por milímetro.

También con cirugía

Sin embargo, a algunas personas no les funcionan ni la CPAP ni los aparatos dentales, ya sea porque no pueden utilizarlos con constancia o de manera correcta, o bien porque estos dispositivos no resuelven el problema aunque los utilicen como es debido. Este tipo de pacientes pueden optar por toda una variedad de procedimientos quirúrgicos efectivos.

El más común es la cirugía de tejido blando, que consiste en modificar o extraer tejido del fondo de la boca. Dependiendo de la estructura y distribución de los músculos bucales, el cirujano puede retirar el velo del paladar y la úvula, extraer las amígdalas, cortar exceso de tejido con un instrumento caliente, enderezar el septo nasal si está desviado o cambiar la posición de los músculos de la lengua, en todos los casos con el propósito de mejorar el flujo en las vías respiratorias.

También existen cirugías de tejido óseo cuyo objetivo es mover la mandíbula hacia el frente y, al elongarla, abrir más espacio para la respiración. Este tipo de procedimiento requiere un periodo de recuperación prolongado.

En 2014, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos autorizó el uso de un dispositivo designado servoventilación adaptativa. Se trata de un aparato pequeño que se implanta bajo la piel como un marcapasos cardiaco. Gracias a dos cables eléctricos, percibe el patrón de respiración y estimula el nervio encargado de controlar la lengua para que la mueva y permita el paso del aire sin obstrucciones. El procedimiento ambulatorio para colocar el implante se realiza en un par de horas.

“No involucra cambios anatómicos y el paciente se recupera con más facilidad que en otras cirugías”, comentó María Suurna, profesora asociada de Otorrinolaringología en Weill Cornell Medicine (Nueva York) y especialista en cirugías para la apnea del sueño. “Eso sí, no es para todos. Está autorizada solo para adultos mayores de 18 años que no tienen sobrepeso y cuya apnea es de moderada a grave”.

Algunas personas quizá no puedan someterse a ella debido a su estructura anatómica.

“La cirugía es complicada”, reconoció Suurna. “Pero lo cierto es que no existe un tratamiento ideal para la apnea. Todos tienen sus pros y sus contras, beneficios y riesgos”. (I)

Fuente de la información internacional: The New York Times.